Tras la tempestad vino la calma, y a falta tan solo de que UM concrete la firma del último de los tres convenios de obra requeridos por Més Vilafranca para ceder la alcaldía, la situación se ha destensado hasta el punto de que ambas formaciones ya negocian su unión de cara a las próximas elecciones municipales de 2011.

Pese a ello, las desconfianzas mutuas evidenciadas durante los últimos días han hecho que el cambio de vara previsto para mañana se haya tenido que posponer "hasta dentro de dos o tres semanas", confirmó ayer el que debe ser futuro alcalde Antoni Nicolau (UM), en sustitución de Jaume Sansó (+Vi), y tras una reunión de urgencia anteayer noche.

"Es cierto que ha habido contactos durante esta legislatura y que hay predisposición, pero todo dependerá en última instancia del beneplácito del partido", señaló Nicolau, quien ya estuvo en las listas nacionalistas durante varias elecciones pasadas como miembro independiente, cuando UM no tenía grupo propio en Vilafranca, y ya llegó a ser alcalde "hace veinte años".