Navidad, dulce Navidad, feliz Navidad, próspera Navidad. Y también, a partir de este año, un poco más oscura Navidad. Los recortes presupuestarios de los Ayuntamientos de la isla –acuciados por la falta de financiación y el descenso de los ingresos municipales en un contexto de crisis económica generalizada– han llegado también a la decoración navideña que da colorido a las calles durante las fiestas.

Las limitaciones de las arcas municipales se traducirán en la colocación de un menor número de luces y en una reducción de las horas en que estarán encendidas. En todo caso, las acciones no serán tan drásticas como la que ha decidido adoptar en Sóller el Consistorio, que, ante la falta de fondos, ha suprimido la mayor parte de la ornamentación típica de estas fechas, que quedará sólo limitada al balcón de la sede consistorial, a las carreteras de acceso al municipio y a las calles que desembocan en la plaza principal.

La medida más común entre los ayuntamientos ha sido la de reducir el presupuesto dedicado a la decoración navideña. El caso de Marratxí lo ejemplifica. La partida destinada a tal efecto ha sufrido un tijeretazo del 80 por ciento. Así, si en 2008 hubo un gasto municipal de 36.000 euros, este año será de 7.000 euros.

¿Traducción práctica? "Si antes por ejemplo en cada uno de los nueve núcleos de población se colocaban 10 estrellas de Navidad, este año igual sólo se pueden colocar dos", apuntan fuentes municipales.

La iluminación festiva será también más tenue esta Navidad en Inca. Tradicionalmente, el Ayuntamiento solía alquilar dos terceras partes del total de luces instaladas en las calles de la ciudad. Pero se ha decidido prescindir de este gasto de alquiler (cuantificado en 10.000 euros), de manera que sólo se colocará el stock municipal (que representa sólo un tercio del total de otros años).

Desde el equipo de gobierno inquer, reconocen que las calles estarán este año un poco más tristes, pero argumentan que es una

medida necesaria en estos tiempos de dificultades económicas. Destacan asimismo que, además de ahorrar en el alquiler de los accesorios lumínicos, al haber menos luces se logrará reducir el consumo y, por tanto, la factura eléctrica.

Las restricciones presupuestarias están presentes en Llucmajor. En el Ayuntamiento, fijan el recorte en un 10 por ciento, aunque matizan que esta disminución se explica por la mayor eficiencia energética de la iluminación utilizada, al instalarse bombillas tipo led, que permitirán por otra parte reducir en una tonelada métrica la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera.

En municipios como Santanyí, en que la iluminación navideña es propiedad municipal y, por tanto, no se subcontrata su colocación, no habrá variaciones respecto al número de luces instaladas otros años. Se pondrán las mismas piezas. Pero, aún así, este año habrá una novedad: se encenderán durante menos tiempo para ahorrar. "Si otros años estaban encendidas durante toda la noche, ahora se apagarán a partir de la medianoche para así evitar tanto consumo energético", informan desde el ayuntamiento de Santanyí, que señala que la decoración ya ha comenzado a instalarse.

En una situación parecida se encuentra Calvià. Las calles no tendrán menos bombillas navideñas, porque el stock es municipal, pero sí que habrá restricciones de otro signo. En este caso, las limitaciones vendrán determinadas por la siguiente medida: no se repondrán los adornos ni las bombillas que se rompan.

En algunos pueblos pequeños, la iluminación navideña permanecerá inalterada. Sucederá así en Valldemossa. El equipo de gobierno señala que, tradicionalmente, la decoración siempre ha sido muy "minimalista, en consonancia con la tipología del pueblo". "Además, toda la decoración ya la tenemos", agregan fuentes municipales.