La buena predisposición de la institución insular ha quedado de manifiesto. El Consell pide por tanto una contraprestación: que los ayuntamientos sean corresponsables en cuanto a la gestión del servicio e incorporen personal exclusivo para el control de los animales.

Para ello, tiene previsto dispensar lectores de chip –un dispositivo de identificación obligatorio para los perros– a aquellos ayuntamientos que los necesiten, a fin de agilizar los trámites para el reconocimiento de los animales. Éste es precisamente uno de los principales problemas que demora la entrega de los canes a sus propietarios y una de las causas de la saturación de Son Reus.

El 70% de los animales que recoge Natura Parc carece de identificación electrónica. Según explicó Margalida Gomis, técnica de la citada entidad, el déficit es más acusado en los animales que proceden de fora vila. Se trata de perros que están en fincas cuyos dueños no piensan que se puedan escapar o perder, comentó. En Marratxí, por ejemplo, sólo el 34,5% de los que se recogieron llevaban chip.

Begoña Sánchez, regidora de Salud de Cort, insistió por tanto en la importancia de trabajar en este cometido, evitando así el traslado del perro a Palma y la molestia que supone para sus dueños tener que desplazarse hasta Son Reus par recogerlo, destacó. Para ello, el Consell también ha previsto echar una mano a los ayuntamientos, ofreciendo voluntarios de entidades como Baldea que se harán cargo del control de los animales.

Jaulas temporales

En cuanto a los municipios más pequeños, Oliver recordó que la institución insular dispensará jaulas para mantener en el municipio a los animales de una forma temporal mientras se cumple el plazo indicado por Cort hasta que puedan ser trasladados a Son Reus.