Los votos del PSOE y UM impidieron ayer que se iniciaran los expedientes de anulación de concesiones a varias empresas. A pesar de ello reconocieron irregularidades en la contratación. También evitaron que se reprobara la actuación del concejal de Servicios, Martí Ochogavía, por votar a favor del pago de facturas a empresas de parientes suyos.

El alcalde, Joan Cerdà, explicó después del pleno que "aunque se reconoce que en la contratación de algunas empresas hubo fallos, y los contratos están mal o caducados, cabe destacar que no hubo avisos de Intervención o Secretaría en su día. Anularlos ahora significaría parar servicios imprescindibles. Lo que hemos de hacer es ir haciendo concursos para proveerlos correctamente. Eso no se puede hacer en dos días", precisó.

El portavoz de Alternativa per Pollença, Pepe García, indicó que alguno de ellos caducó hace diez años. "Ha habido tiempo para darse cuenta y resolverlo", insistió.

La oposición sí consiguió que se aprobara una de sus propuestas: Se acordó que la comisión de Hacienda se reúna de forma bimensual para tratar exclusivamente el seguimiento de la contratación municipal.

Ataques con "mala leche"

El pleno extraordinario, provocado por la oposición, resultó tenso y con acusaciones y recriminaciones, especialmente entre Ochogavía y Pepe García.

El primero acusó a García de atacarle personalmente "con muy mala leche", según palabras textuales. García respondió por alusiones que no actúa "a nivel personal sino como portavoz de un grupo cuyo deber es fiscalizar y denunciar actuaciones irregulares del equipo de gobierno".

Ochogavía insistió en que si había votado fue por desconocimiento, y que se abstuvo en cuanto la secretaria le advirtió de la incompatibilidad. García respondió que "el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento", y que "si fue advertido de la ilegalidad fue porque nosotros lo denunciamos", agregó.

El Ayuntamiento de Pollença anunció también ayer una reducción de la tasa de basura. Esta reducción será mayor en las empresas aunque bajará una media de un 10% de forma global.

Según explicó un técnico de medio ambiente, se debe a un aumento del reciclaje unido a una disminución de la producción de residuos. Joan Cerdà explicó que "eso permite que el pueblo tenga que pagar menos por la eliminación de residuos y por ello rebajar el recibo a los vecinos. No es que el Ayuntamiento asuma costes; es que entre todos reciclamos más".