No habrá una respuesta inmediata a los desaires del alcalde de Calvià, Carlos Delgado, y su delfín, Manuel Onieva. Eso no quiere decir que las aguas en el PP bajen más sosegadas después de que Onieva, actual presidente del partido en Calvià, ofreciera la paz a la dirección regional del partido en la cena de Navidad del pasado sábado, un banquete que sirvió para su presentación ´casi´ oficial como candidato.

Los encontronazos de la última semana han dolido al equipo del presidente del PP en Balears, José Ramón Bauzà. Lo peor no fue el acto del sábado, donde Onieva jugó con la ambigüedad para eludir una sanción del partido, que no le consiente que se salte el calendario y se publicite como postulante oficial –el sucesor de Delgado se autodenominó candidato provisional, aunque la ceremonia desprendía un aroma bien definitivo–. Lo que más irrita a la cúpula es que el pasado viernes pidiera la dimisión de Bauzà, al que acusó de mentir y de abrir un "cisma" en el partido.

El vicesecretario general del PP balear, Miquel Ramis, está "de acuerdo" con esta lectura. Considera que las palabras de Onieva contra su presidente "son más graves" que la proclamación de aspirante a la alcaldía de Calvià, que no deja de ser una pieza más de la estrategia de Delgado, quien pretende disputar a Bauzà la presidencia regional en el próximo congreso extraordinario. "Ahora, lo importante es tomarse las cosas con sosiego y analizar lo ocurrido el sábado y todos los acontecimientos de la pasada semana en su conjunto", abundó Ramis. Sobre el ágape que reunió a cerca de 1.200 personas en el Casino de Mallorca para asistir al encumbramiento de Onieva, en lo que constituye una exhibición de poderío, el vicesecretario general rebajó su importancia. "No es más que una cena de afiliados. No es el quid de la cuestión", dijo antes de dejar un recado: "Ésta es su forma de hacer. Allá su responsabilidad".