Aumenta de forma notable la incineración de cadáveres en la capital del Llevant. En el único horno crematorio de la Part Forana, situado en el Parc de l´auba de Manacor, se estrenó el servicio de cremación en 2008, sumando al final de ese año 170 personas incineradas. En lo que va de 2009, la lista ya alcanza las 200 incineraciones, con la previsión de que al concluir el año se llegue a las 220. En Mallorca, además del horno crematorio del Parc de l´auba, existen el del cementerio municipal de Palma y el de Bon Sosec de Marratxí, donde este servicio lo presta también la funeraria municipal de la capital.

Nofre Garcia Prohens es el propietario del Parc de l´auba, ubicado al lado del camposanto municipal conocido como Son Coletes. Las instalaciones privadas, declaradas en su momento de interés general por parte del Consell, constan de tanatorio, crematorio y cementerio, lo que les permite prestar un servicio mortuorio integral que, según Garcia, es de los más avanzados y completos del país.

Garcia informa de que los difuntos incinerados en sus instalaciones no proceden sólo de Manacor, sino también de municipios próximos como Felanitx, Capdepera, Campos, Vilafranca, etc. El gerente detalla que los fallecidos cuyas familias escogen este servicio eran mayoritariamente (80%) personas de menos de sesenta años, predominando dentro de este grupo los jóvenes y los extranjeros. Cuestiones de principios y creencias, o el desconocimiento, son factores que influyen especialmente a la hora de la elección del modelo tradicional de inhumación en detrimento de la cada vez más común incineración.

En cuanto a la religión católica, Garcia asegura que la Iglesia no considera la incineración como un pecado, aportando un documento sobre exequias eclesiásticas que afirma: "La Iglesia aconseja vivamente que se conserve la piadosa costumbre de sepultar el cadáver de los difuntos; sin embargo, no prohíbe la cremación, a no ser que haya sido elegida por razones contrarias a la doctrina cristiana".

La incineración se realiza a una temperatura de mil grados durante dos horas. El coste es de aproximadamente 500 euros, mientras que el precio de las urnas para depositar las cenizas va de los 60 y los 1.000 euros. El horno crematorio del Parc de l´auba supuso una inversión de unos 300.000 euros y está preparado para, a un ritmo normal, poder incinerar anualmente hasta 1.500 cuerpos.

Diferencia de precios

Un servicio funerario completo (básicamente recogida del cadáver, traslado, ataúd y entierro) puede costar entre 1.200 y 4.000 euros, si bien cabe indicar que puede haber carísimos caprichos extras.

Asimismo, si repatriar un cuerpo puede valer una media de 4.000 euros, trasladar cenizas a otro país cuesta la mitad. En cuanto a la costumbre de arrojar las cenizas, Garcia explicó que la legislación establece que se deben lanzar a una distancia mínima de 200 metros de la orilla si se tiran al mar, y, si es en tierra firme, deben esparcirse en zonas deshabitada. Hay familias que optan por depositarlas en el interior de sepulturas o en columbarios. Incluso hay empresas producen diamantes con las cenizas, para portarlas en forma de anillo o colgantes.

La primera fase del cementerio del Parc de l´auba consta de 1.224 nichos, 363 columbarios y un memorial. De cara al futuro se prevén otras 750 sepulturas. Curiosamente, el cementerio municipal también contempla una ambiciosa e inminente ampliación y mejora.

En otras localidades de la isla, como sa Pobla e Inca, hay conocimiento de interés empresarial para abrir nuevos crematorios.

La misma familia de los propietarios del Parc de l´auba también es titular de una sociedad de correduría de seguros, una fundación dedicada a la beneficencia particular de carácter asistencial, una sociedad patrimonial y un gabinete jurídico.