Una vez más, los mallorquines comprometidos con el medio ambiente están citados mañana a una excursión reivindicativa para reclamar el libre paso por las zonas públicas de la isla. En esta ocasión, la protesta se desplaza a la Vall de Coanegra para pedir a las instituciones que actúen para forzar la retirada de una serie de barreras que han sido colocadas por la propiedad de la finca de Son Oliver en pleno torrente que impiden el acercamiento al cauce y de una reja que separa el camino público del curso de agua.

La marcha, que se iniciará mañana a las diez de la mañana en la estación ferroviaria de Santa Maria, ha sido organizada por la nueva asociación Amics de la Vall de Coanegra, constituida hace unos meses para transmitir los valores naturales y culturales de este excepcional paraje de la Serra de Tramuntana que alberga zonas tan interesantes como el Salt del Freu, el Avenc de Son Pou o la fuente de Coanegra, un antiguo pozo de mina de origen árabe.

El de la Vall de Coanegra es uno de los paseos clásicos de la Serra por la belleza del paisaje, dominado por el fluir constante del agua durante gran parte del año, cuya fuerza ha originado formaciones geológicas impresionantes como el ya citado Avenc de Son Pou o las cuevas de Coanegrina y Son Berenguer, entre otras.

Además del paisaje que ofrece el valle, el camino de Coanegra está repleto de atractivos para los amantes de la flora y la fauna. Dominado por los encinares y el bosque de garriga mediterráneo, el valle de Coanegra muestra también a los visitantes una serie de plantas endémicas como el Cyclamen balearicum o la Digitalis dubia, vegetales difíciles de encontrar más allá del valle. Los animales que viven en el entorno del torrente son aves como el milano y el xoriguer y mamíferos como la gineta, la marta o la comadreja.

En el valle se masca todavía la presencia de la actividad humana, ya sea en las grandes posesiones existentes como en los restos de hornos de cal y leña que aún perduran en sus bosques. También se conservan restos de los antiguos molinos harineros que aprovechaban la fuerza del agua del torrente para poner en marcha la maquinaria, como es el caso del molino de Sa Bassa de cas Barreters.

Barreras basculantes

Todo este paisaje se ha visto alterado, desde hace unos años, por la colocación de unas barreras basculantes en el torrente y una reja que limita el camino que, según los convocantes de la excursión, son ilegales y "provocan inundaciones y el arrastre de buena parte del camino". Fuentes de la asociación explican que el reglamento del Dominio Público Hidráulico "establecen una zona de servidumbre de cinco metros a cada lado de los torrentes en la que no puede haber ningún tipo de obstáculo".

Además, la conselleria de Medio Ambiente dictó una resolución en 2004 que obligaba a los propietarios de la finca de Son Oliver a retirar la reja y las barreras porque interceptan el curso del agua. A día de hoy, la resolución no se ha cumplido.