La Fira de Tardor, que tuvo que ser aplazada por la festividad de Tot Sants al segundo domingo de noviembre, registró ayer una gran afluencia de público a pesar del viento y la lluvia, que hizo su aparición al mediodía.

La plaza de Sant Marçal, que albergó los expositores artesanales, fue uno de los puntos concurridos, junto a la exposición de animales de Natura Parc, que hizo las delicias de los más pequeños, al igual que el popular parque de tráfico infantil, instalado por la Policía Local.

Los tradicionales stands de las alfarerías del municipio tuvieron también un lugar destacado. Junto a ellos no faltó el dedicado a la Llet d´Ametller, que ofreció a todos los visitantes una degustación gratuita.

Las autoridades locales, acompañadas por la consellera insular de Juventud e Igualdad, Josefina Ramis, tuvieron que iniciar el recorrido del recinto ferial con una hora de antelación ante la amenaza a lluvia. Los gegants, por su parte, animaron las calles de la localidad a partir de las doce del mediodía, acompañados por los xeremiers, que deleitaron a los asistentes, alguno de los cuales tuvo que echar mano del paraguas para seguir la actuación.