Hoy es la gran diada ferial de Porreres, si bien ayer dos inauguraciones y múltiples actos festivos configuraron una jornada histórica para el municipio de la comarca del Pla. Sobresalieron del programa la inauguración de la nueva biblioteca municipal y reforma de s´Escorxador, y el estreno de las reformadas Plaça de la Vila, Avinguda Bisbe Campins y Plaça de l´Església. Centenares de personas acudieron a las sucesivas citas y reinó la animación y el buen ambiente.

En primer lugar, sobre las cinco de la tarde, se inauguró la biblioteca, que cuenta con una sala central, archivo, espacio para niños de 0 a 3 años, una oficina de información turística y un punto de venta de productos porrerencs. El presupuesto de la proyecto ha ascendido a 232.000 euros financiados por el Plan E. Al corte de la cinta y descubrimiento de la pertinente placa no pudo acudir, como estaba previsto, el delegado del Gobierno, Ramon Socías.

A ritmo de batucada, la comitiva de vecinos y autoridades se dirigió después a la Plaça de la Vila. En este caso, la inversión ha sido de 1.070.000 euros, a cargo del Consistorio y de las consellerias de Comercio y Vivienda del Govern. El acondicionamiento y embellecimiento integral del área céntrica supone un cambio radical de la imagen del pueblo. La plaza estrena empedrado, árboles, iluminación, bancos y unos ornamentos inspirados en los torrentes del municipio, el perro que protagoniza el escudo municipal y una popular glosa que se identifica con Porreres.

A la espera de que en el futuro se construya la variante que arranque en la carretera de Vilafranca y llegue a la gasolinera próxima al campo de fútbol, el Ayuntamiento contempla que puedan circular coches en dirección única desde la iglesia a la Casa Consistorial. Las autoridades coincidieron en definir el proyecto ejecutado como "una obra difícil, de muchos sacrificios y nervios". Asimismo, destacaron que "es pensado para las personas", "histórico", constituyendo "un cambio vital para el futuro del pueblo".

Hoy se espera una masiva afluencia de gentes a la tradicional feria de otoño, que ofrece a residentes y visitantes un extraordinario escaparate de productos y servicios entre los que resaltan los de sello local.