La gran diada de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael tuvo, un año más, su expresión festiva genuina en tres pueblos de la Part Forana: Llucmajor, Calonge (Santanyí) y Campanet. En estos tres sitios veneraron con diferentes actos a Sant Miquel.

En Llucmajor destacó la ancestral intervención de los cavallets cotoners, que según el Ayuntamiento "se perdieron como tradición durante 80 años y fueron recuperados en 2000 con motivo de la celebración de los 700 años de Llucmajor". Los danzarines estrenaron la remodelada plaza de España ante la Sala. Asimismo, cabe resaltar la inauguración de exposiciones en el claustro de Sant Bonaventura y el pregón de las fires titulado La costa llucmajorera i els fars de Balears pronunciado el lunes por Pedro Bonet Roig. En Llucmajor los actos de ocio se sucederán culminando el 18 de octubre con la Darrera Fira, cuando la ciudad se convertirá en la capital de la isla con la visita "de más de cien mil personas", confía el Consistorio. El 19 habrá el Firó.

En Calonge, en la mañana de ayer hubo un oficio solemne concelebrado que llegó a festejar tres cosas: la diada del patrón Sant Miquel, el cien aniversario de la benedicción de la iglesia (que tiene el sello de mossèn Antoni Maria Alcover) y el sacramento de la confirmación recibido por parte de siete jóvenes. El obispo Jesús Murgui incidió en su sermón en la importancia de que los jóvenes tengan dignidad y libertad, al igual que compromiso de escuchar y ayudar a los demás, comenzando por el entorno más inmediato que son la familia y los amigos. En su discurso también hubo cierto mensaje crítico respecto al actual tema polémico del aborto. A su vez, Murgui ensalzó las características patrimoniales del "armonioso" templo calongí y defendió los valores del catolicismo. El almuerzo de paella, bajo carpa, resultó multitudinario.

Y del Migjorn al Raiguer, en Campanet los mayores de 80 años (ahora hay más de 190 personas) llenaron la parroquia. Se les obsequió con ensaimadas (desde años son concedidas por el Ayuntamiento y la Caixa). Matrimonios que han alcanzado las bodas de oro y los de más edad también fueron reconocidos. El alcalde y el delegado de la Caixa entregaron placas y obsequios.