La concesionaria del muelle de marinería, Marina Tramontana, decidió ayer unilateralmente cerrar el aparcamiento del muelle y expulsar a los pescadores, una medida que desde el Ayuntamiento ha sido calificada de "represalia".

El paso dado ayer por la concesionaria del muelle es interpretado como la respuesta al precinto que llevó a cabo la Policía Local del bar instalado en la misma dársena por carecer de licencias municipales. La clausura se ejecutó este fin de semana tras abrir de nuevo sus puertas pese a la orden de cierre dictada por el alcalde Josep Lluís Colom la semana anterior a través de un decreto.

Sea como fuere, el personal de la concesionaria bajó ayer la barrera e impidió la entrada de vehículos al muelle que tiene una capacidad de 80 plazas. Fuentes próximas a la empresa se limitaron a decir que "se trata de un espacio privado" y sólo dejaron salir a los coches que habían sido estacionados en el aparcamiento antes de proceder a su cierre.

Esa no fue la única medida tomada por Marina Tramontana. Las mismas fuentes explicaron que han dado instrucciones a los pescadores para que abandonen sus instalaciones. Los pescadores de la Cofradía de Sant Pere utilizaban un lateral del muelle de Marina Tramontana para extender las redes y repararlas. Ahora, deberán trasladar sus artes al tramo público del muelle, aunque el espacio disponible no es suficiente para realizar su trabajo.

El cierre de las instalaciones provocó ayer la indignación de los vecinos del Port que lamentaron la situación al ver cómo han cerrado al público las 80 plazas de estacionamiento que hasta ahora utilizan gratuitamente. En veranos anteriores la concesionaria cobraba para aparcar coches y remolques de embarcaciones, pero esta actividad carecía de las autorizaciones administrativas.

Acción y reacción

La clausura de las instalaciones náuticas desencadenó también la reacción de las autoridades. Ports de Balears denunció ante la Guardia Civil los trabajos que inició la concesionaria para vallar el muelle, mientras que el Ayuntamiento envió al celador de obras para realizar un informe. Los trabajos de vallado quedaron suspendidos.

El Govern ha iniciado este año el proceso para rescindir la concesión a Marina Tramontana, otorgada en la anterior legislatura por 28 años. El procedimiento se inició hace varios meses y el conseller de Medio Ambiente, Miquel Àngel Grimalt, aseguró que la reversión del muelle se llevaría a cabo tan pronto como su departamento obtuviera la autorización del Consell Consultiu. El Govern entiende que la concesionaria ha incumplido las obligaciones del contrato.

Marina Tramontana había proyectado la construcción de un edificio portuario y una marina seca, entre otros servicios, pero nunca lo desarrolló. Diversos grupos sociales, ecologistas e incluso el actual equipo de gobierno reivindicaron ante la administración la recuperación del muelle para destinarlo a su uso público.