La vida y los hábitos de Joana Manera y Onofre Reynés dieron un giro de ciento ochenta grados el pasado 16 de diciembre. Desde aquel día, no pueden acceder a su casa, situada en la calle de Son Murta.

Ellos son sólo dos de los vecinos afectados por el derrumbe de un tramo de esa calle provocado por las obras de desmonte de un solar situado en la costa de l´Estació, cuya parte trasera delimita con la zona afectada.

Desde hace un mes y medio, Joana únicamente ha podido ir a su casa una vez y a pie, subiendo por las montañas de tierra acumuladas en el solar, mientras que a Onofre, de 86 años y afectado de párkinson, le ha sido imposible subir y llegar a su propiedad. "Estamos indignados por lo mucho que tarda la empresa en arreglar el tema, nosotros sólo pedimos que nos hagan un camino para poder pasar", explica Joana. El derrumbe de la calle ha afectado, sobre todo, a tres familias que viven de manera permanente en la zona. Algunas de ellas pueden acceder a sus casas andando a través de bancales y otras propiedades privadas, pero la mayoría de vecinos, que solía visitar sus tierras los fines de semana, ha tenido que renunciar a acceder a sus propiedades, como es el caso de esta pareja que reside habitualmente en Palma.

Joana afirma: "Desde que la calle se derrumbó, nos han quitado el derecho de poder llegar a nuestra casa y también parte de nuestra libertad", al tiempo que recuerda que su casa de Bunyola era, antes del derrumbe, un lugar de encuentro familiar y de amigos.

Otros vecinos llegaron a suspender las comidas familiares de Navidad y, desde el día del derrumbe, tienen sus vehículos en casa sin poder sacarlos. Además, actividades diarias como llegar a casa con la compra, el butano o la comida para los animales que muchos tienen en sus tierras situadas en esta calle acaba convirtiéndose en un calvario.

Onofre y Joana se muestran molestos con la actitud de la empresa que realizó el desmonte del solar. Cuando se citan con DIARIO de MALLORCA, Joana mira insistentemente hacia una de las montañas de tierra. "Me dijeron que hoy empezaban a hacer un paso por aquí y yo no veo que hayan hecho nada", afirma mientras señala una zona en cuya parte superior hay un bancal que conecta con el camino.

Según estos vecinos, la empresa responsable de las obras les ha informado de que ha iniciado la redacción de los informes técnicos previos al inicio de la reconstrucción de la calle, que se prevé muy complicada debido al desnivel existente en relación al solar.

Desde el primer momento, el ayuntamiento de Bunyola, que se reunió con los afectados a principios de enero, ha afirmado que la empresa constructora era la responsable de los hechos y debería hacerse cargo de la reconstrucción. Este derrumbe de la calle no ha sido el único. Parte del tramo afectado ya se había derrumbado a mediados de 2007, cuando se iniciaron las obras de desmonte del solar, y desde entonces permanecía apuntalado. "Todo el mundo en Bunyola sabía que se caería", insiste Joana recordando el material arcilloso que predomina en el terreno. Un mes y medio después del desastre, unos treinta vecinos continúan sin poder acceder a sus propiedades. "Ellos [la empresa] tienen la culpa y sólo queremos que lo arreglen ya para poder llegar a nuestra casa", concluye Joana.