Antoni Sureda (Manacor, 1959), es un hombre tranquilo, afable y comunicador. No en vano ya tiene publicados dos libros y un ciclo de conferencias impartido en apenas tres años. Con otra publicación a la espera, su cuota de popularidad no se debe en cambio a la literatura. Desde 1985 es miembro de la Policía Local de Manacor, de la que en 1997 cogió las riendas como inspector jefe. A principios de marzo se iniciaron los trámites para incorporar un mayor al frente del organigrama y la cadena de mando del cuerpo municipal. La prensa y el pueblo lo entendió como un episodio más de las tensas relaciones entre Sureda y el alcalde del Partido Popular, Antoni Pastor.

-¿Se siente usted maltratado por el Ayuntamiento?

-No se trata de eso. Yo tengo plaza obtenida por oposición y por tanto estoy a disposición de los cambios, no me afectan; mi familia en cambio es la que más ha padecido más por todo esto.

-La plaza finalmente quedó desierta por una serie de errores de forma. Su homónimo y delegado en la materia, ve con mejores ojos una reestructuración.

-Sí, un cambio de organigrama para pasar de uno lineal de un inspector jefe y 6 subinspectores como había en 2000, a una cadena de mando piramidal con dos inspectores repartidos entre la Unidad Central (UCM) y la Unidad Territorial de Costas (UTC), y tres subinspectores encargados de las área de tráfico, intervención y diligencias penales. El delegado Sureda está realizando un trabajo callado pero muy efectivo.

-Usted fue unos de los responsables de un nuevo plan de movilidad, que sólo el estudio ya ha costado 60.000 euros; pero de eso hace ya casi un año. ¿Por qué ese parón?

-El Plan está entregado desde hace meses, sólo está a la espera del consenso entre los grupos políticos. La verdad es que nos ha costado mucho tiempo y dinero sacarlo adelante, por eso no entendería muy bien que ahora hubieran pasos atrás desde los despachos, cuando es un proyecto muy bueno para la ciudad.

-Manacor ha crecido más de 10.000 habitantes en menos de 10 años. ¿Se nota en la seguridad ciudadana?

-Prácticamente es imperceptible. Manacor es uno de los municipios de las islas con un menor índice criminal por habitante. El año pasado actuamos en total unas 122.000 veces, lo que supone entre un 6 o un 7% más que antes del crecimiento poblacional, pero que no es ni mucho menos preocupante. Tenga presente una cosa, desde que yo empecé en la Policía Local en 1985 sólo hemos usado el arma de fuego en cuatro ocasiones: una en 1996 cuando un delincuente fue herido en una pierna al intentar atacar a un agente con arma blanca. Los otros tres fueron disparos al aire como medida de disuasión.

-¿Donde está la clave para todo ello?

-En la coordinación y la ayuda entre los tres cuerpos de seguridad, nosotros, la Policía Nacional y la Guardia Civil. Eso y tratar de llevarse bien con todos los colectivos y culturas. Antes conocías a todo el mundo ahora con Siempre he dicho que vale más la prevención que no la intervención directa.

-¿Qué ha cambiado en la seguridad interna durante estos veinte años?

-Contamos con un centenar de policías. Antes teníamos cuatro radios y casi igual número de armas. Ahora cada policía tiene su aparato de comunicación y disponemos de unas 70 armas. También la seguridad nocturna es ahora más intensa. En los ochenta, de las 3 a las 6 de la mañana sólo había un agente al teléfono, y el control de velocidad por radar.

-¿De verdad funciona?

-En 2007 se extendieron 2.088 multas por exceso de velocidad en el casco urbano (1.053 hasta junio de este año), de los 65.000 coches fueron controlados por el sistema. Las multas van de los 140 hasta los 600 euros. Eso comporta un aumento del 73,32% desde 2004.

-¿Y qué me dice de las multas de la ORA, son legales sin la firma de uno de ustedes?

-Le digo una cosa, con la firma de uno de los controladores de la empresa responsable ya basta para que se active el sistema administrativo y ejecutivo. Lo tramitamos como una denuncia normal y corriente si se refiere a eso.