A las 22 horas se hacía difícil caminar por entre las paradas situadas a lo largo del Passeig de sa Sirena y sus alrededores; misión casi imposible pararse a contemplar los abalorios, jabones, camisetas y una larga lista de productos artesanales que jalonaban anteayer la VIII Fira Nocturna de Porto Cristo. Miles de personas llegadas de toda la comarca se reunieron bajo las largas hileras de bombillas, como ya es tradición al acercarse la festividad marinera del Carme.

Pese a la escasa novedad de los productos y el leve recorte de espacio, la gente respondió entretenida junto a los espacios habilitados para picar algo y conversar, pero con pocas ansias de rascarse el bolsillo, aunque tiempo sobró para ello, ya que la Fira permaneció colorida entre las 20,30 y las 2,00 de la madrugada, cuando los comerciantes y expositores dieron por concluida la muestra y el numeroso público joven bajaba a disfrutar de la marcha nocturna d´es Carreró.

Precisamente movida fue la jornada del jueves noche, cuando más de 700 personas se reunieron en la plaza de s´Aljub para celebrar la II Cursa Nocturna "Suar és sà", que transcurre por las calles de la localidad. Según comentaban los participantes, "no se corre para ganar, sino per fer poble", alegrar las fiestas y participar en sus actividades como excusa perfecta para la unir al colectivo.

Según el delegado de fiestas de Porto Cristo, Joan Gomila, se habían vendido todas las camisetas, un total de 700, y muchos de los participantes tuvieron que llevar la de la edición del año pasado. El premio final bien lo merecía: una tramponada playera y familiar para reponer fuerzas.

"Nos gusta mucho hacer deporte", comentaba Manolo del Santo, mientras calentaba sus músculos. "Corremos sobretodo por los niños y para celebrar las fiestas de Porto Cristo", añadía Antònia Llodrà, participante de una cursa con tres recorridos posibles, de diversa longitud, a elegir según la forma y la ganas de cada uno.