La vista se retrasó más de lo previsto. Casi una hora. El juez Juan Catany, casualmente residente en el municipio de Llucmajor, así como la comitiva municipal, se vieron atrapados en un atasco provocado por un accidente en la autopista.

Ayer no vino ni Bruno ni Lino. Pero el reguero de artistas estelares que han pisado.Llucmajor aún sobrevolaba la sala. Pansequito y sus Palmeros no actúan en cualquier escenario. Hace lo hicieron en el Palau de la Música de Barcelona, afirmó la ex regidora de Fiestas, que quería demostrar así la calidad de los fichajes artísticos del Consistorio.

Su declaración fue contundente. Tanto, que la defensa retiró dos de sus testigos. Sí subieron al estrado Joana Xamena, técnica de Juventud y Fiestas, y persona de confianza de Sunyer, así como Rosa Salvà, vicesecretaria del Ayuntamiento, quienes ensalzaron el "riguroso control" de las contrataciones y de todo el procedimiento administrativo. Aún así, Xamena no pudo responder por qué algunas de las facturas aludidas por el fiscal no habían sido detalladas. "Comprobé que se cobró por los servicios pero no recuerdo los detalles", afirmó.

Poco después de las dos del mediodía se levantaba la sesión. Los jugadores en esta partida judicial salieron relajados aunque sin cantar victoria. Pese a que las estrategias ya han quedado claras, todavía quedan algunas cartas por jugar. Hoy podría ser el último asalto.