Viven entre en las urbanizaciones más lujosas del municipio. Desde la carretera de Cala Pi se dibuja un pastiche de pisos, áticos, chalés y pequeños adosados, un conglomerado urbanístico que ha hecho de esta zona litoral uno de los enclaves más cotizados de Llucmajor. Sa Torre, articulada entre Puig de Ros y Son Verí, alberga a casi un millar de residentes de clase media alta. Sin embargo, no todo se equipara al estatus que representa. Las infraestructuras fallan y los servicios son escasos, denuncian los vecinos, que se sienten impotentes ante la dejadez en la que está sumida la urbanización.

Ellos mismos tuvieron que asumir la dotación de servicios, tras padecer todo tipo de problemas con la promotora que, finalmente, no ejecutó el final de obra. El Ayuntamiento se vio obligado a hacerse cargo de ella e impuso contribuciones especiales a los vecinos para concluir la urbanización. Ahora, después de financiar su ejecución, se sienten totalmente abandonados.

No han sido pocas las veces que han denunciado las deficiencias al Ayuntamiento, sin que hasta la fecha haya dado respuesta a sus reclamaciones. No piden mucho, sólo limpieza y que se reparen los destrozos a medida que se van produciendo.

Basta echar un vistazo a la avenida principal. Los desperfectos son evidentes. Las aceras se desconchan y los socavones que hay en ellas suponen una grave amenaza para los viandantes. A pocos metros se adivina la entrada de un parque. La vegetación que rodea el acceso contiene ya basura diversa y el pavimento sufre también las consecuencias del paso del tiempo. "Los parques se han convertido en zonas de paseo para los perros. Los niños no vienen a jugar porque está lleno de excrementos" explica un vecino mientras transita por él. La imagen lo confirma: un solitario tobogán en la zona de juegos y junto a él una papelera para desechos caninos. "Este lugar no es más que un ´pipi-can´", añade. En su opinión, el consistorio debería destinar una brigada permanente en lugar enviar una cada mes. "Así no tendrían que venir con un camión para limpiar los parques", detalló.

Papeleras, bancos y demás instalaciones brillan por su ausencia. Es más, la frenética construcción dispersa toneladas de escombros en las zonas verdes, empeorando la ya de por sí decadente imagen. Los cercados de pared seca también se desmoronan y el alumbrado es, igualmente, escaso.

El Ayuntamiento responde

Preguntado por ello, el teniente de alcalde y regidor de Urbanismo, Joan Jaume, dijo ser consciente de la situación. De hecho, el consistorio ya se ha puesto manos a la obra para paliar la situación y prepara un plan de regeneración y mantenimiento integral de la zona, anunció Jaume, al tiempo que aludió a las dificultades de acondicionar los espacios verdes debido a sus grandes dimensiones. Paralelamente, el Ayuntamiento también ha proyectado un área social, tal y como demandan los vecinos. Éste, indicó Jaume, contempla también la construcción de un polideportivo con una piscina cubierta, una oficina municipal y una escoleta.

Sin embargo, la escasa liquidez municipal no es un buen augurio. Los vecinos no son muy optimistas de que ello se materialice en un plazo breve de tiempo. Habrá que esperar a que la administración municipal dé algún paso en firme para confirmar su predisposición.