Djavan Lonzi es mallorquín de origen argentino. El nombre se lo dieron sus padres en honor a un cantante brasileño que les entusiasma. Djavan hace más de tres años que trabaja en la gasolinera de Santa Margalida.

-¿Ha visto subir mucho el precio del combustible desde que empezó a trabajar?

-Sí, ha sido una subida un tanto agresiva. El gasoil ha subido alrededor del 50 por ciento. El aumento de los precios se ha disparado sobre todo en este último año.

-¿Cómo nota el cliente este incremento?

-Por ejemplo, los agricultores lo notan al llenar las garrafas para el motor del huerto, el cortacésped o los alternadores. La misma garrafa vale el doble de lo que costaba. A los jóvenes también les cuesta llenar los depósitos de sus motos.

-¿Cómo se lo toman los consumidores?

-Están un poco molestos pero resignados. Se dan cuenta que no hay nada que hacer, que son títeres del sistema.

-¿Se vende más gasoil que gasolina?

-Con diferencia. Hay que tener en cuenta que los camiones tienen los depósitos muy grandes y todos funcionan con gasoil. También hay muchos más coches que funcionan con este combustible.

-¿Ha tenido algún problema serio con algún cliente?

-No. En alguna ocasión puede surgir una pequeña discusión fruto del mal humor o de las prisas. Tanto la puede provocar el cliente como yo. Somos humanos.

-¿Tuvieron problemas los días de la huelga de transportistas?

-Recuerdo que el primer día trabajé seis horas sin parar. La cola de vehículos llegaba a la carretera. La preocupación era tremenda. A los dos días apenas paraba nadie a repostar. Nunca terminamos el combustible, nuestros tanques se llenaban cada día. No tuvimos ningún problema.

-¿Se nota la crisis en el suministro de carburante?

-Los clientes no dejan de echar combustible a sus vehículos, pero muchos de ellos optan por poner en euros la misma cantidad que antes de carburante, aunque en litros sea mucho menor.