Unas 50 personas participaron ayer en una marcha reivindicativa organizada por el Bloc per Inca. La excursión tenía como lema "Salvem Son Bordils", en clara alusión al estado de ruina en que se encuentra la histórica possessió inquense.

Entre los manifestantes se encontraba el diputado Antoni Alorda y la consellera de Comercio e Industria, Francesca Vives.

Alorda recordó que se trata de un conjunto rural del siglo XIV, construido por la familia Bordils y que en los años 50 fue adquirido por la familia Alzina. El último miembro de esta familia donó las casas para hacer una residencia y para ello se creó la Fundación Alzina. Sin embargo, la fundación vendió tierras y con lo que obtuvo financió la ampliación de la residencia municipal de Inca, con lo que supuestamente el fin social se cumplió.

A partir de ahí, las casas quedaron en estado de abandono y hoy están prácticamente en ruinas.

Gabriel Cerdà, director insular de Patrimonio, explicó ayer que se ha mandado un exhorto al Ayuntamiento de Inca para efectuar una inspección al lugar. Cerdà manifiesta que "esta construcción se encuentra protegida por el catálogo local y el Ayuntamiento tiene la obligación de actuar".

Antoni Rodríguez, portavoz del Bloc, sostiene que "se da la paradoja además que Inca quiere hermanarse con Bordils (Gerona). Es curioso que a la vez permita que caiga la possessió".