Joan Seguí regenta un souvenir desde hace muchos años en la popular avenida del dólar. Seguí explica que "desde hace muchos años en esta calle existe venta ambulante por parte de gente de raza negra. La mayoría de ellos se dedican a vender relojes y gafas de marcas falsificadas". Este comerciante denuncia que "el Ayuntamiento no hace nada para solucionar esto. Los vendedores ambulantes se saben los horarios de la policía. Se avisan por móvil y hacen turnos para que no les cojan y en el caso de que les pillen, como mucho, les ponen una multa".

Otro de los denunciantes destaca que lleva 25 años como dueño de una tienda y que los últimos ocho ha tenido que "sufrir a los vendedores ambulantes delante" de su negocio. "A partir de las siete de la tarde, cada cien metros hay un vendedor ambulante, se colocan delante de nuestras tiendas y agobian tanto a los clientes que ya no entran. Lo que se gastan en sus productos ya no lo consumen dentro".

Este mismo comerciante recalca que "esta temporada ya no hemos puesto a la venta gafas de sol porque no vendíamos ni un par. Esta calle era conocida como la calle del dólar, ahora la llamamos la calle del céntimo".

Otro dueño de una tienda de regalos de esta misma avenida resalta: "Cada vendedor ambulante se embolsa al mes 2.800 euros, sin pagar impuestos de ningún tipo, mientras a mí me multan por tener artículos que no son de regalo".

Otras de las quejas de la mayoría de los comerciantes de la zona es la suciedad que se acumula en aceras y papeleras.

Joana Umbert es la propietaria de una tienda de ropa y zapatos. "A mí no me afecta la venta ilegal por el tipo de producto que vendo. Estoy cansada de la suciedad, a las ocho de la tarde las papeleras están llenas y el punto verde de delante de mi tienda lo recogen con muy poca frecuencia", apunta.