Hace 300 años el aigua de murta era uno de los productos cosméticos más exclusivos. Se podría decir que era el tónico de la época, explicaba Toni Torrens, mientras vigilaba el proceso de elaboración. "Se exportaba a diversos países del extranjero, sobre todo a Francia", añadió.

Hoy en día el aigua de murta ha visto suplantada su popularidad por otras muchas plantas como el aloe vera o por el fruto de los avances científicos. Pero su esencia permanece en la Fira de ses Herbes, cuando por un día recupera el protagonismo perdido con los años.

Como manda la tradición, decenas de selvatgins cumplieron con el ritual: cortar de buena mañana las matas para elaborar un año más este popular ´elixir´ que, pese a perder su prestigio en el campo de la cosmética, posee otras cualidades. Se dice que es un excelente repelente de mosquitos. Y por sólo dos euros -precio que se pagaba por una botellita- valía la pena probarlo, sobre todo ahora que el calor acecha. De hecho la frase que ayer más se oyó entre lugareños y visitantes fue: ¡Qué calor!. Y es que el tiempo invitaba a darse un chapuzón. No obstante fueron muchas las personas que optaron por un domingo de feria y prefirieron dejar la playa para más adelante.

Algunas se afanaban en firar zapatos de esparto, sobre todo las turistas, mientras los puestos de plantas hacían lo propio con el resto. Las había de todo tipo, medicinales, aromáticas.... Y en todos sus usos, bien para cosmética, decoración, o en forma de licores.

La gastronomía tampoco faltó a la cita. Sobrasadas, quesos, galletas y cocas de trempó o verduras, todo ello aderezado con un vino de la tierra, fue el tentempié perfecto para una mañana de elevadas temperaturas.