Los pescadores del Moll Vell tendrán que trasladarse durante medio mes al muelle de Ponent, en el que habitualmente atracan cruceros y ferris de pasajeros y mercancías. La ampliación de la feria náutica de Palma -que este año tendrá por primera vez más de 80.000 metros cuadrados de exposición de barcos- obliga a una veintena de embarcaciones de arrastre, cerco y artes menores a abandonar el espacio ocupado en Ciutat por la pesca desde hace cinco siglos. Los profesionales del mar deben dejar el muelle frente a la Llotja desde el día 17 de este mes hasta el 2 de mayo.
En su lugar se podrán ubicar yates de hasta 45 metros de eslora, porque hay entre cuatro y cinco metros de calado, profundidad suficiente para barcos de este tipo. En anteriores ediciones de la feria náutica, el espacio destinado a los megayates estaba muy limitado, ya que no podían atracar en los pantalanes flotantes habilitados para el evento, de ahí la necesidad de los organizadores, el Institut d'Innovació Empresarial (IDI), del Govern balear, de encontrar un nuevo emplazamiento para consolidarse como la feria más importante del sector en el mar Mediterráneo.
El patrón mayor de la cofradía de pescadores de Palma, Rafael Mas, explicó ayer que siempre han cedido parte de su muelle para la celebración de la feria, pero es la primera vez que tienen que trasladarse por completo de forma temporal. "Esto supone muchas molestias debido a que no es fácil reubicar toda la flota y el material necesario, además de otros inconvenientes, aunque los pescadores hemos aceptado por la importancia y repercusión del evento, que es muy positivo para Balears", en palabras de Mas, que lleva varios meses negociando con el Govern balear y la Autoridad Portuaria.
El organismo estatal se encarga de habilitar la zona del muelle de Ponent situada justo enfrente de la Estación Marítima número 4, quitar temporalmente las defensas de escudo (utilizadas por los grandes buques) que estorben a los pesqueros y dotar de agua y electricidad a estos inquilinos, "unos costes de ocupación que ascienden a unos 25.000 euros y son asumidos por la Autoridad Portuaria", según indicaron. El Ejecutivo autonómico tiene que instalar pantalanes flotantes para que las embarcaciones de pesca puedan atracar, ya que el muelle es demasiado elevado para ellos, y compensar económicamente a los afectados, añadieron.
El patrón mayor de la cofradía destacó entre los problemas de la nueva ubicación que "el viento de Llevant pega muy fuerte, ya que esa parte no está resguardada; no hay gasolinera, por lo que habrá que trasladar el combustible con un camión cuba; tendremos que vaciar el muelle de pescadores, lo que supone otro trabajo extra; y las preocupaciones lógicas de un cambio, que afectarán a la labor diaria". Un perito independiente valorará el coste de la reubicación de los pescadores.
La 35 edición de la denominada Palma International Boat Show tendrá lugar del 27 de abril al 1 de mayo en el Moll Vell con más de 200 empresas del sector.
