Desde las 20,30 y durante una hora, ayer se apagaron las luces de los principales edificios públicos de la ciudad, como la Seu y Bellver, aunque también participaron en la campaña de la Hora del Planeta el palacio de la Almudaina, la sede de Cort, el Consolat de la Mar, la Llotja, el Teatre Principal y la planta de facturación del aeropuerto. En la primera línea del Molinar y la Platja de Palma se bajó la potencia del alumbrado público un 60%. Fue "un gesto simbólico de la lucha contra el cambio climático".