“Es el mejor día para practicar nordic walking, ya que no hay sol ni viento”, afirmaba esta mañana Santiago Álvarez, el primero con bastones en llegar a la meta. Sin los típicos palos de la caminata nórdica pero bien equipadas con paraguas, le adelantaron Asunción Huertas y Amparo Pérez, vecinas y amigas que no tuvieron “ninguna pereza” en recorrer los 11 kilómetros de la Marcha por la Igualdad desde la plaza de Cort hasta la explanada frente a Palma Aquarium, en Can Pastilla.

“A nosotras no nos corta ni la lluvia ni nada”, aseguraban junto al joven Manuel Maroñas, que se unió a ellas sin conocerlas porque llevaban “el mismo ritmo ágil”. Los cuatro primeros y el resto de los más de 600 participantes se han olvidado del chirimiri que ha caído a lo largo de la mañana y han acudido a la última cita deportiva que el IME ha celebrado dentro del programa Palma Dona.

Se inscribieron más de 1.500 y los que al final no han asistido se han perdido “una sensación interna de satisfacción cuando llegas a la meta que no se puede explicar”, en palabras de Asunción. El mal tiempo ha acobardado y dejado en casa a cerca de un millar de aficionados, aunque el Institut Municipal de l’Esport no se planteó suspender o aplazar el evento debido a que la lluvia no era intensa y a ratos se detenía.

“Muchos preguntaban qué íbamos a hacer y hubo dudas en algún momento, pero no es para tanto y se ha apuntado gente de Eivissa que ha venido a Palma para participar”, tal como ha explicado la presidenta del IME y regidora de Deportes de Cort, Susanna Moll, en el punto de avituallamiento del Molinar.