El puerto de Palma ha comenzado con su transformación. Las máquinas iniciaron ayer el derribo de uno de los dos edificios del Contramuelle-Mollet que serán eliminados totalmente para dejar más espacio libre y quitar barreras al mar.

Según Joan Gual de Torrella, presidente de Autoridad Portuaria de Balears (APB), es el principio del "cambio radical" de la zona portuaria, desde el Moll Vell hasta Portopí.

Esta metamorfosis del puerto incluye la construcción del aparcamiento subterráneo entre la sede de la APB y el bar Pesquero, de forma que se despejará de coches todo el espacio frente a la Llotja. También el esponjamiento en los jardines de Sant Elm, con la eliminación de los dos edificios que se derriban, las reformas del Club Náutico y del Club de Mar y la reconversión del paseo Marítimo en un bulevar.

En el Contramuelle y Mollet

El presidente de la Autoridad Portuaria explicó que se ha convocado un concurso de ideas para reordenar toda la zona entre el bar Pesquero y la desembocadura de sa Riera. Los Astilleros de Mallorca se desplazarán a otro punto del puerto y en su lugar se instalará el futuro Museo Marítimo. La lonja de pescado se mantendrá, pero en otro edificio, ya que el actual tiene "problemas constructivos".

Gual de Torrella prevé adjudicar los distintos concursos para realizar las obras enumeradas a lo largo de este año e iniciar las obras en 2019, de manera que en 2020 la fisonomía del puerto y paseo Marítimo ya habría cambiado.

Ayer, sobre las diez de la mañana comenzó el derribo de lo que fueron oficinas y viviendas de funcionarios, construidas en los años 50. Los edificios desaparecerán en cuestión de días, pero el desescombro sumará cuatro meses de trabajos. El coste es de 328.000 euros. Los materiales que se puedan reciclar se emplearán como relleno en la explanada del muelle de Ponent, también en obras.