La Asociación Mallorquina de Restauración, Bares y Restaurantes ha aceptado la última propuesta de reducción de terrazas realizada por el tripartito de Cort "a regañadientes y porque no queda más remedio", tal como afirmó ayer el vicepresidente de este colectivo, Francisco Martínez.

Martínez agradeció el "esfuerzo" para alcanzar el acuerdo realizado tanto por el alcalde, Antoni Noguera, como por la teniente de alcalde de la Función Pública, Aurora Jhardi, por cuanto han rebajado considerablemente sus pretensiones iniciales en relación a las zonas más conflictivas: Fàbrica, Blanquerna y la Platja de Palma.

Según Martínez, si bien quedan algunos "flecos" pendientes, se va a aceptar la propuesta globalmente, aunque insistió en que se hace "resignadamente", puesto que, desde su asociación, se insiste en que no es necesario modificar la actual ordenanza de ocupación sino de hacerla cumplir. Entre los puntos pendientes, Martínez señaló la obligación de retirar diariamente de la vía pública las mesas, sillas y sombrillas, que se va a mantener, aunque se ha introducido la posibilidad de estudiar posibles excepciones en determinadas zonas, siempre que las mesas y sillas se dejen recogidas, atadas y no entorpezcan el paso.

El tripartito no ha cedido en la supresión de las pérgolas, algo que los empresarios querían mantener, aunque ofrecieron renunciar a los cerramientos verticales. De esta forma, este punto va a quedar tal como se anunció hace varias semanas por parte del alcalde, Antoni Noguera, de tal forma que estas estructuras de varios pies separadas de las fachadas tendrán que suprimirse en 18 meses.

Una de las cuestiones que ha permitido avanzar en la negociación, interrumpida durante meses, ha sido la aceptación por parte del equipo de gobierno de que en las barriadas excepto en el centro y en Santa Catalina, se sigan dejando solo dos metros y medio para el paso de peatones, en lugar de los tres metros iniciales que se planteaban para toda la ciudad. No obstante, cuando se produzca un traspaso de negocio y los nuevos establecimientos deberán dejar tres metros para los peatones.

En relación a la calle Fàbrica, los restauradores de esta vía se reunieron ayer para analizar la última propuesta del equipo de gobierno, consistente en la reducción de la ocupación en 40 centímetros en lugar de los 2,40 metros propuestos inicialmente.

Los 23 restauradores de esta calle insistían ayer en la necesidad de que la reducción fuera de solo 10 centímetros en cada lado de la vía y que, además, les dejen ocupar los espacios situados entre las jardineras y el de los alcorques de los árboles.

Según Pau Bestard, portavoz de los restauradores de esta calle, ayer se estaba a la espera de recibir la última propuesta por escrito por parte de Cort, así como del boceto de cómo quedaría la distribución de las terrazas con el fin de decidir si finalmente se suman al acuerdo o no, aunque Bestard insistía en que "la decisión de Cort es totalmente unilateral y absolutamente dictatorial, puesto que la acatas o esto es lo que hay". Pese a lo anterior, lo cierto es que la primera propuesta del tripartito en cuanto a la calle Fàbrica suponía la reducción de dos metros y 40 centímetros de la actual ocupación, lo que obligaba a la supresión de una de las dos líneas de terrazas en cada lado de la calle.

También se ha alcanzado un acuerdo en la calle Blanquerna consistente en la reducción de medio metro de ocupación en lugar de los dos metros propuestos por el tripartito inicialmente. Asimismo, en la primera línea de la Platja de Palma, desde la Calle Grúa a Perú, las terrazas se reducen de los 3,80 metros actuales a 2,70, dejando dos metros entre las fachadas y las mesas y sillas, mientras que en el resto del paseo marítimo, que se considera más residencial, se mantiene la ocupación de un máximo de un metro de terraza por dos de paso libre para los viandantes.