Solares agujereados y con la roca al descubierto donde había "bellas casas que recordaban el esplendor de una época pasada", grúas en el horizonte y proyectos de nuevas demoliciones. ARCA denuncia esta situación en una sola calle, Dinamarca, situada en Sant Agustí, "un barrio tradicionalmente de veraneo" y que en este último año ha sido objeto de "la destrucción del carácter y la personalidad de lo que todavía quedaba", como dice preocupada la asociación proteccionista.

Las viviendas unifamiliares "tristemente no tienen ningún tipo de protección", destaca, por lo que su futuro dependerá de si sus propietarios las quieren o no conservar. Por este motivo, ARCA pide al ayuntamiento de Palma que siga el ejemplo del consistorio de Pollença, que ha incluido en el catálogo de Patrimonio de la localidad cinco casas de veraneo de la primera línea del puerto. "Pedimos a Cort que apruebe una medida parecida y sea consciente del peligro en el que se encuentran barrios como Sant Agustí, donde la presión urbanística y demográfica es muy fuerte", tal como lamenta ARCA. En la calle Dinamarca hay tres proyectos en marcha actualmente.

No es la primera vez que pasa, resalta, y menciona los casos de Santa Catalina y Gènova, donde también se han perdido muchas viviendas tradicionales. De ahí que la asociación que vela por la preservación del patrimonio en la isla incida en que no se continúe con la desfiguración de los barrios singulares. La ciudad "no puede perder más patrimonio", por lo que exige al Ayuntamiento que pase de las palabras a los hechos y elabore un plan de protección. "Si barrios como Sant Agustí o Gènova pierden su singularidad, nuestra sociedad habrá perdido una parte de nuestro pasado".