Mika Palmer Verger -Palma, 1970- es la primera mujer en obtener el Big Year en las modalidades Mallorca y Balears. Es el certamen internacional que premia a los mejores observadores de aves. Ella no es ornitóloga. A los que avistan pájaros se les conoce como pajareros. Nadie debe preocuparse. No es un calificativo despreciativo. Al contrario, son esenciales para los estudiosos de las aves. Ella ha visto un total de 224 especies entre Mallorca y el resto de islas, una cifra nada despreciable que le ha granjeado la distinción. Funcionaria en Calvià, vive en Palma, un lugar donde también se puede aprender a vislumbrar a seres alados. "Los parques son un sitio perfecto para iniciarse. Te sorprenderías de la cantidad de aves que pueden habitar en Palma. Desde verderones, verdecillos, tarabillas, mirlos, pinzones, carboneros, gorriones, éstos en recesión. Cerca del mar, destacaría la zona de es Carnatge para contemplar la avifauna".
Unos prismáticos, paciencia de Job y "algo de suerte" son esenciales para iniciarse en esta pasión "El mundo de las aves es tan apasionante que si te engancha, hace el mismo efecto que un veneno que te cala muy adentro, y ya estás perdido para siempre", asegura.
Esperemos que no sea una pasión mortal. En Mallorca continúa descendiendo el número de pájaros, a la vez que se han visto especies poco habituales.
Estamos viviendo un invierno peculiar ya que contamos con una menor presencia de invernantes comunes pero a la vez es extraordinario por los invernantes raros que nos han visitado.
¿Cómo afecta el cambio climático a las aves de Mallorca?
Es pronto para saberlo, pero es evidente que muchas aves están teniendo pequeños cambios en su comportamiento anual; pero falta aún perspectiva.
¿La saturación turística es negativa para las aves? El GOB acaba de denunciar la pérdida de especies en la Albufera.
Sí, y me afecta mucho porque recuerdo la fascinación que sentía al contemplar la diversidad de vida alada que allí se reunía. Eso fue en mis inicios. Es claro que la masificación turística, la ocupación del territorio, la desaparición de zonas de cultivo, la urbanización del campo son contraproducentes para los pájaros, y ¡para los humanos! La Administración debe adoptar medidas urgentes para frenar la degradación ambiental que lleva soportando la Albufera desde hace años.
¿Cómo surgió su afición por la ornitología?
En mis primeras salidas recuerdo el interés y la curiosidad que despertaban en mí las explicaciones que nos daba con tanto cariño y paciencia, el por aquel entonces, naturalista del parque, Pere Vicens. Han pasado muchos años; han sido los últimos cuatro cuando me decidí a conocer y aprender más a fondo todo lo relacionado con esta disciplina.
Y en tan poco tiempo, y se alza con el Big Year de 2017.
Realicé algunos cursillos; me animé a participar en el BY 2016 y en un año, aprendí muchísimo. Disfrutaba de las continuas salidas de campo que hacíamos para observar aves en su medio natural; prestaba especial atención a las explicaciones, a los detalles sobre identificación que los ornitólogos expertos compartían con quienes estábamos empezando Y sobre todo, me divertí mucho porque entre nosotros siempre había cabida para las bromas, las risas y el buen humor. A mediados del año 2017, una compañera de "pajareo", Susana Quintanilla, me hizo la observación de que mis resultados en el BY eran bastante buenos y que si luchaba podría ser la primera mujer que ganara una edición de esta competición. Tras meditarlo un poco, decidí que me esforzaría al máximo y lucharía por alcanzar la victoria.
¿Es un mundo masculino?
Quizás fuera así en el pasado pero con el tiempo, las cosas han cambiado y en el momento presente hay un buen número de mujeres interesadas y algunas son ornitólogas de primera. Solamente en el BY 2017 participaron ocho mujeres, entre las dos modalidades de Mallorca y Balears, de un total de 15 participantes.
¿Cómo se prepara uno?
El equipo es básico, unos prismáticos; una buena guía y muchas ganas de aprender. Ayuda mucho salir acompañado de personas que saben, porque a veces lo que ves y la realidad puede ser muy distinta, sobre todo en avistamientos rápidos, que apenas duran unos segundos.
Espejismos del cielo. ¿Qué le han enseñado los pájaros?
He aprendido que son espíritus libres y que se manifiestan cuando ellos quieren. Tú te esfuerzas en buscarlos, pero son ellos los que te salen al encuentro y te premian con su presencia.
Suena a historia de amor. ¿Sueña que vuela?
Las aves están tan presentes en mi vida que por extensión también lo están en mis sueños. Sí, he soñado que emprendía el vuelo y recuerdo haber mantenido conversaciones con mis amigos alados.
¿Cuál es su pájaro favorito?
El paíño o noneta en mallorquín. Es mi tótem. En varios aspectos me siento identificada con esta pequeña ave marina de líneas sencillas y carácter discreto.
A medida que la isla se urbanice aún más, ¿qué pasará con los pájaros salvajes?
Van quedando cada vez menos, solo crecen aquellos que se adaptan a convivir con los humanos, las garcillas bueyeras, las tórtolas turcas o las palomas torcaces, mientras desaparecen pequeñas maravillas como los alcaudones, que cada verano son más escasos.
¿Fomentaría el turismo de avistamiento de pájaros?
Lo fomentaría con mesura porque en general suele ser respetuoso, poco impactante y preocupado por el medio natural. Existe un código ético ornitológico que apela a nuestra responsabilidad para evitar cualquier daño a la naturaleza, en general, y a las aves en particular.
¿Es terapéutico observar a los pájaros? ¿Debería enseñarse en los colegios?
Es muy relajante. Yo encuentro mucha paz en ello, a la vez que hay momentos de emoción intensa cuando sale a tu encuentro un ave que no has visto nunca. Un niño que respete hoy las aves, mañana será una persona adulta respetuosa con el medio.
¿Mallorca es un buen lugar para observar aves?
Sí porque presenta una importante variedad de hábitats que favorece que haya especies diversas. Contamos con algunas joyas como la serra de Tramuntana que alberga la única comunidad de buitre negro del mundo. En cuanto a las aves marinas, basta acercarse a cualquier acantilado y disfrutar en invierno de la pardela balear. En breve saldrá un libro sobre aves en la isla, dónde observarlas y cuándo. Promete.
