La presencia de procesionaria se adelanta debido a temperaturas más altas de lo normal en enero y a la ausencia de lluvias, según ha anunciado la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla). En Palma, los tratamientos contra esta plaga que afecta al pino se aplican entre octubre y noviembre. A estas alturas del año, pese a que ya se ven orugas, el reglamento de uso sostenible de fitosanitarios prohíbe utilizar productos a estas alturas del año.