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Crónica de antaño

Vicente Mut y su aportación a la astronomía

Dibujo de Vicente Mut, quien encaja en el perfil de sabio universal. diario de mallorca

icente Mut y Armengol nació en Palma, el 25 de octubre de 1614, en el seno de una familia de la nobleza local de antiguo abolengo, documentada en Llucmajor ya en el siglo XIV. Joanot Mut y Gual, su padre, era capitán de caballos y lanzas. A los quince años ingresó en los jesuítas aunque pocos meses después, por una causa que ignoro, salió -o le expulsaron- de la Compañía. De todas formas, como se verá, mantuvo el contacto con ellos durante el resto de su vida. Continuó con sus cursos académicos, estudiando matemáticas y leyes en el Estudio General Luliano, llegando a doctorarse en Derecho. Luego decidió decantarse hacia la carrera militar. En 1641 se casó en primeras núpcias con Aina Costurer con la que no tuvo descendencia; y se casó una segunda vez con María Ana Comelles con la que tuvo una hija: María. Con esta última, su rama familiar acabó en la Casa de los Dureta y ésta a su vez en la de la antiquísima Casa del linaje de los Fuster de la Rosa.

En 1640 ya había sido nombrado sargento mayor. Ese mismo año publicó en Madrid la que debió ser una de sus primeras obras: El príncipe en la guerra y en la paz, libro que versaba sobre el emperador Justiniano. Esta publicación debió animar a los jurados de la Universidad de la Ciudad y Reino de Mallorca a nombrarle, el 15 de enero de 1641, cronista oficial del reino, sustituyendo a su antecesor Joan Dameto, que había fallecido en 1633. Durante su vida castrense se dedicó a la ingeniería militar: proyectó el Hornabeque de las murallas de Palma; también llevó a cabo la ampliación del castillo de San Carlos, en la misma ciudad; y trazó la nueva fortificación de Alcúdia, en 1658. También trabajó en diversas construcciones militares de Menorca. Otra faceta de Mut fue la política. En 1646 fue nombrado jurado por el estamento de ciudadano. En 1653 el rey le concedió el privilegio de nobleza.

Por tanto, Vicente Mut respondía muy adecuadamente al sabio universal del siglo XVII, abierto a diversos campos del conocimiento que, como hemos visto, abarcaba tanto la historia, como el derecho, la ingeniería, la cartografía, la química-a él se le atribuye el Tratado del Salitre- o incluso la política? y también la astronomía.

No hay que perder de vista que a finales del año 1609, Galileo Galilei construyó por primera vez un telescopio adaptado para observar el firmamento. Gracias a sus lentes de veinte aumentos Galileo consiguió observar cosas que jamás nadie se había imaginado: vio con claridad los cráteres de la Luna; observó con detalle las estrellas de la constelación de Orión; pudo ver los anillos de Saturno; y descubrió los cuatro satélites de Júpiter. Por otro lado, a finales del siglo XVI el astrónomo danés Tycho Brahe provocó una profunda renovación de la astronomía gracias a sus inventos: construyó una serie de instrumentos con los cuales se consiguió medir, con una exactitud inconcebible hasta aquellos momentos, el movimiento y la distancia de los cuerpos celestes.

Por tanto, cuando nació Mut la astronomía gozaba de gran atención por parte de los estudiosos extranjeros. Por el libro Vicenç Mut i Armengol (1614-1687) i l'astronomia, obra del historiador de la ciencia, el catedrático Víctor Navarro Brotons, sabemos de la precocidad de Mut en cuanto a sus inquietudes astronómicas. En 1638, el portugués Luís Freyre de Silva, en sus Efemérides Generales de los movimientos de los cielos por LIV años, impresas en Barcelona, sorprendentemente, publicó entres sus páginas un soneto que le había escrito Mut con tan solo veinticuatro años.

Ello quiere decir que el joven científico mallorquín ya había demostrado interés por el estudio de los planetas, y además queda demostrado que mantenía contacto con estudiosos del Continente. Navarro Brotons documenta la primera observación astronómica de Mut la noche del 14 de abril de 1642, durante un eclipse de Luna. Posteriormente, continuó observando eclipses, estrellas, cometas y planetas durante casi todos los años de su vida, hasta el 1666, año en que se publicaron sus dos últimas obras de astronomía. Su pasión por los astros le condujo a ponerse en contacto con los principales astrónomos del momento. En 1646 empezó una relación epistolar, a veces en latín y a veces en castellano, con el científico jesuita Athanasius Kircher. Por correo, el mallorquín le daba a conocer los resultados de sus observaciones y mediciones.

En su primera carta a Kircher, Mut le comentaba que "algunos aficionados a las matemáticas que ay en este Reyno hemos tenido nuevas del Arte Magnética que ha escrito tan doctamente V. P.; y con esta ocasión de ir mi hermano a Roma he querido besar a V. P. su mano con esta carta suplicándole le encamine en comprar dicho libro". A continuación el mallorquín se declara discípulo suyo: "Pues los que profesamos el arte [de la astronomía] nos atrevemos a cansar a los que pueden ser como V.P. nuestros maestros; porque gustando V.P. de mis estudios le cansaré como discípulo suyo". Mut, al hablar de "algunos aficionados a las matemáticas que ay en este Reyno" debía referirse a sus dos amigos Miguel Fuster y Diego Desclapers. De este último se sabe que destacó como teólogo, poeta y astrónomo. Como se ve, Mut estaba al tanto de las novedades bibliográficas, tanto de España como del extranjero, por lo que se presume que debió llegar a tener una gran biblioteca. Lo mismo sucedió con los telescopios y el resto de instrumentos para poder realizar las mediciones. De hecho, Mut fue el primero en usar en España el micrómetro, un instrumento que, con un telescopio, servía para medir distancias angulares entre cuerpos celestes. Todos estos artilugios, Mut los buscó y adquirió básicamente en el extranjero.

Un año después, en 1647, otro jesuita y gran astrónomo, Giambattista Riccioli -recordémoslo, fue el primero en medir la tasa de aceleración de un cuerpo en caída libre, debido a la fuerza de la gravedad- escribió una carta, precisamente a Kircher, en la que elogiaba a Mut: " Non dubito quin observationes D. Vicentii Muti fuerint valde exactae; habent enim nescioquos veritatis et diligentiae caracteres?". Tal como apunta Navarro Brotons, fue Riccioli el autor que más influyó en el mallorquín y con quien mantuvo mayor contacto. Hay que advertir que su tratado Almagestum Novum (1651), es considerado como uno de los primeros estudios de la astronomía moderna, en el cual se recogen algunas de las observaciones que el mallorquín le envió. Entre éstas destacó la relativa a la medida del diámetro de Júpiter. Navarro Brotons no deja de insistir en su estudio sobre Vicente Mut que, el Almagestum Novum, "es una apreciable fuente de información de la labor del astrónomo mallorquín".

De todos modos, Mut también mantuvo un estrecho contacto con sus compatriotas, especialmente con los jesuitas del Colegio Imperial de Madrid. A partir de 1650 entabló amistad con el padre Zaragoza, novatore y científico jesuita, que vino destinado al convento de la Compañía en Palma. Junto a este último, con quien intercambió constantemente información, Mut hizo uno de sus mejores trabajos astronómicos: el estudio del célebre cometa que se pudo observar entre los años 1664 y 1665.

Víctor Navarro Brotons no duda en afirmar que "Vicente Mut fue el mejor observador de la España del siglo XVII". A parte de colaborar estrechamente con científicos de la altura de Riccioli, con sus innumerables observaciones a eclipses, planetas y estrellas, especialmente en cuanto a las mediciones del diámetro del Sol y de la Luna; fue el primero en incorporar el micrómetro; y, junto al padre Zaragoza, ayudó a entender mejor el funcionamiento de los cometas. En definitiva, Vicente Mut contribuyó notablemente en la renovación científica española y europea.

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