Acciones como la llevada a cabo el viernes pasado dentro de la campaña #perunamarsenseplàstic dan esperanza a un mapa negro que habla de los malos hábitos de personas que ensucian la ciudad. Se trata de una primera iniciativa de esta acción, promovida por ocho entidades, y que consistió en que todo aquel que acudió a la plaza Major y entregó su envase recibió 10 céntimos por cada lata, botella o brik.

El éxito no pudo ser más rotundo: se recogieron 3.123 envases de bebidas que permitieron que la plaza Major acabase tras las fiestas de Sant Sebastià limpia como una patena. En con concreto, se capturaron 1.912 latas, 601 botellas de vidrio, 532 botellas de plástico y 87 briks.

Objetivo

La campaña está promovida por las entidades Amics de la Terra, Greenpeace, GOB, Fundació Deixalles, Pimeco, Recircula, Rezero y Retoma, que se unen con un solo objetivo: liberar a las islas de la masiva cantidad de envases de bebidas que cada día contaminan el territorio. Ante el eco ciudadano alcanzado, se prevén más acciones similares.

"Y la mejor herramienta para conseguirlo es recuperar la práctica de devolver las latas y las botellas a la tienda para evitar que, en su gran mayoría, acaben en el fondo del mar", indican desde esta plataforma que agrupa a entidades diversas cuyo ámbito de actuación es comercial, ecológico.

Esta campaña se ha llevado a cabo coincidiendo con el inicio de la fase de participación pública de la Ley de Residuos balear, y con el marco de las fiestas del santo patrón de Palma.

"Cuando los residuos tienen un valor, la gente no los abandona, ayuda con entusiasmo a su recuperación y los espacios públicos quedan totalmente limpios". Está fue la gran conclusión de la primera acción de la campaña #perunamarsenseplàstic.