Después de pasar varios días fondeado frente a Palma Nova, atracó ayer en la zona de reparaciones del Moll Vell el Haida 1929, un precioso yate de diseño clásico que data precisamente de ese año. Es decir, tiene nada más y nada menos que 89 años de navegación.

Se trata de una embarcación con un pasado intenso, construida con el nombre de Haida en Alemania, concretamente en los astilleros Krupp Germania Werf en Kiel para el millonario norteamericano Max C. Flieschmann, que fue su propietario durante más de diez años, navegando preferentemente por el océano Pacífico. En 1940, pasó a la Marina norteamericana que, previa reforma, lo utilizó como guardacostas durante la segunda guerra mundial con el nombre de Argus, aunque durante un tiempo actuó como buque científico como el Pioneer.

En 1946 fue vendido al magnate egipcio Maurice Ada que lo restauró y le puso el nuevo nombre de Sarina, navegando por el Mediterráneo durante más de 20 años. En 1969 fue nuevamente vendido y desde entonces ha pasado por diferentes dueños, recibiendo diversos nombres ( Rosenkavalier, Haida G, Doña Amelia) y siendo objeto de varias reformas hasta que, finalmente y desde el año 2016, la nave se llama Haida 1929, en honor al año en que entró en servicio.

El barco es de diseño muy elegante y tiene una eslora en la línea de flotación de 54,9 metros, una eslora total, contando el Bauprés, de 71,1 metros y una manga de 9,1 metros, con 720 toneladas de registro. Va dotado de dos motores diésel con una potencia total de 1500 BHP, que le imprimen una velocidad de 11 nudos.

Su capacidad es de 12 invitados en siete lujosos camarotes, con una tripulación compuesta por 17 personas, evocando sus interiores la época en que se construyó, destacando su salón principal y su biblioteca.