Llonguets junto a castellers, con swing y jazz, rellenos de tortilla, reivindicativos, calentados en el fogueró, veganos, acompañados de botifarró y así hasta un sinfín de variedades se están disfrutando esta noche en la popular Llonguetada que el colectivo Orgull Llonguet lleva cuatro años impulsando con cada vez más éxito.

Una quincena de asociaciones y bares, muchos de ellos unidos para la velada previa a la Revetla, han organizado cenas con el típico panecillo mallorquín y han ocupado las plazas de Palma con música, baile, exhibiciones e incluso dimonis.

Hay fiesta en las plazas París, Alexander Fleming y de la Quartera, las calles Oms, Alfons el Magnànim, el paseo Mallorca, Caçador, Guillem de Tortella, la plaza de la Gruta (en el Molinar), el Forn de Son Coc (Pere Garau), Santa Catalina, es Rafal y es Fortí.

Antes de pegar un mordisco al bocata, la plaza Major ha acogido una obra multidisciplinar con el apropiado título de Llonguets. Una combinación de teatro, danza, circo y música han subido al escenario donde mañana habrá conciertos y, por primera vez en Sant Sebastià, las diferentes artes escénicas cobran protagonismo.