El mobiliario urbano de la ciudad debe soportar numerosos ataques vandálicos procedentes de distintos frentes, en la mayoría de los casos simplemente producidos por ciudadanos sin escrúpulos.
Últimamente alguna persona o colectivo que defiende la independencia de Cataluña y reivindica también la puesta en libertad de los denominados presos políticos, ha decidido que lo mejor para dar a conocer sus reivindicaciones consiste en pintar los lazos amarillos en las jardineras colocadas por el Ayuntamiento en los accesos a la plaza Major con el fin de dificultar la entrada de vehículos al espacio peatonal. Se da la circunstancia de que estas jardineras han sido recientemente pintadas por la concejalía de Infraestructuras del ayuntamiento de Palma, puesto que, con el paso de los años, la madera se había deteriorado considerablemente. Si el viernes de la semana pasada lucían los lazos amarillos, ayer ya habían sido borrados no se sabe muy bien por quién, puesto que no se ha utilizado la misma pintura.
Laureles en libertad
Los laureles sembrados en la calle Colom, así como los naranjos del último tramo de la calle Sant Miquel, han dejado de tener el aspecto redondeado que han ofrecido desde hace años gracias a los cuidados de la empresa que se encarga de su mantenimiento. Su actual aspecto, no obstante, no es una cuestión de desidia o abandono, sino que se pretende dar a los árboles un aspecto más asilvestrado.
Ciudadanos reivindica el Casal Balaguer
El grupo municipal Ciudadanos reivindica el nombre de Casal Balaguer para Can Balaguer y que este inmueble no se destine a actividades museísticas, sino a las artísticas y musicales para las que fue donado al Ayuntamiento por los herederos del músico Josep Balaguer. En opinión de este grupo municipal el casal "ha dejado de ser un centro para la difusión de la cultura y en arte" para convertirse en "un museo".
