Deslizarse por un gran tobogán flotante, mantener el equilibrio sobre el agua, superar obstáculos en la piscina... Ese era el plan ayer por la mañana en la fiesta acuática de Son Moix, una iniciativa del Ayuntamiento de Palma con la que grandes y pequeños se despidieron de las vacaciones de Navidad.

La de ayer no fue la excepción, y la propuesta de pasar unas cuantas horas en remojo, realizando actividades gratuitas, obtuvo una respuesta positiva, pese al mal tiempo fuera del polideportivo. No solo los niños disfrutaron, muchos padres también realizaron el circuito. Un equipo de seis socorristas, 12 monitores y un coordinador se encargó de la vigilancia durante las tres horas.

En Son Moix se instalaron toboganes, espacios de equilibrios y obstáculos en la piscina profunda, y un puente de equilibrio, juegos acuáticos y un cubo de puntería en la piscina de aprendizaje, detalló el Ayuntamiento en una nota.

El pasado 17 de diciembre tuvo lugar otra fiesta acuática en Germans Escalas, en la que participaron unas 800 personas.