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Mujeres de hoy

"Si no hubiera sido por los Amics de Tilloli, me hubiera muerto"

La presidenta de esta ONG, radicada en India, cuenta con orgullo los éxitos de las 600 alumnas becadas

María Morell preside Amics de Tilloli desde su fundación, en el año 2000. Manu Mielniezuk

La vida de María Morell Massanet da para una novela y si hubiera nacido en Inglaterra, para una serie. Solo que ella nació por circunstancias en Artà, "un lugar que creyeron mejor para trasladarnos de Palma durante la Guerra Civil, ya que a mi padre le destinaron a Asturias". Los Morell son de Palma, del corazón de la ciudad, "en la calle Campana está la casa pairal", recuerda esta mujer. María cumplió 80 años el ,pasado julio. De aspecto frágil, está en perfecta forma. "Es un privilegio llegar a esta edad así", agradece.

La pérdida de la madre a los cinco años marcó su vida. Su padre, el abogado Gabriel Morell Fonts dels Olors, ha sido fundamental en su vida. María pondera la figura del patriarca. Le dibuja como la persona que más le ha marcado. "Sus principios de honradez le acercan a posturas de justicia social con las que yo comulgo; claro que la solidaridad de aquella época era de otra manera", recuerda.

En la España de la postguerra y del franquismo, "la religión era el puntal de cosas absurdas" como el quererla convertir en monja. "Los curas fastidiaban la vida de los demás", señala. Tras tiras y aflojas, pasó dos años y medio con las monjas de Can Tàpera. ¿El amor de hombre? "Vetado porque cuando un sacerdote me dijo que solo podría salir cuando el resto de mis hermanos se hubieran casado, me marcó para siempre".

Paradojas de la vida, en 1991, entró voluntariamente en la orden de las carmelitas. Entre medias, un activismo social que ha pasado de trabajos en Son Gotleu a trabajar con enfermos terminales de sida en Nuevo Horizonte. Pero donde María Morell ha encontrado el motor que da sentido a su vida es en la ONG Amics de Tilloli, creada en esta localidad de la India en el año 2000.

¿Cómo surgió, a qué se dedican, qué aporta?

Mi primo Perico, que es jesuita, estaba en Bombay. En varias ocasiones me ofreció ir allá, pero decliné la invitación hasta que al salir del convento pensé que era el momento de ir a India. Me gustó la gente, tan hospitalaria. Pasé tres meses allí y un fin de semana acompañé a una monja a la inauguración de un aula en un pueblo, Tilloli. Cincuenta niñas estudiaban, comían y vivían ahí. Cuando vi cómo funcionaba, temblé de la emoción. Quedé motivada. La ONG Amics de Tilloli surge porque desde la ONU, donde yo era voluntaria, me pidieron la gestión para construir un lugar. Se necesitaba dinero y organizamos un concierto en la Torre de Canyamel. Por aforo se podía recaudar 500.000 pesetas, pero conseguimos 2,6 millones de pesetas. Así surgió Amics de Tilloli.

¿Qué ha conseguido, cómo es el momento actual? ¿Funciona con apadrinamiento como la Fundación Vicente Ferrer?

No, tenemos becas, no apadrinamos. Por principio, el niño no sabe quién ha sido su benefactor. De hecho, hemos estado seis años sin que supieran que detrás de las ayudas estaban los Amics de Tilloli... Pero nos pidieron que diésemos luz para evitar que se pensara que era dinero 'de contrabando'. En este momento, se ha construido la escuela internado de La Luz del Conocimiento de Tilloli, donde estudian 600 niñas entre seis y 16 años, con unos resultados muy buenos. Ahora queremos construir dos aulas para que puedan ir directamente a la universidad. El modelo de educación es ejemplar porque es integral.

¿Se siente al fin realizada?

Si no hubiera sido por los Amics de Tilloli, me hubiera muerto. Pero me gustaría que alguien me relevase en la dirección.

¿Usted ha comentado que por su condición social y sus inquietudes sociales ha entrado en contradicciones. ¿En qué sentido?

Ya desde pequeña tenía inquietud social. Algunas situaciones me hicieron comprobar la injusticia social como ver a los payeses trabajando de sol a sol y nosotros, vagueando. Me gustaban los campesinos, eran alegres, con principios. Para mí fue muy importante Gori, el guarda de la casa. Fue el primer átomo, el primer rayo de luz que me hizo cuestionar el mundo. Al mismo tiempo,debe quedar claro que mi padre fue muy abierto; yo diría que un socialdemócrata.

Los nobles de Mallorca han vendido sus posesiones. Ustedes fueron pioneros al convertir la Torre de Canyamel en hotel de lujo.

Al menos, ¡no hemos vendido! La hemos conservado y, al lado, se hizo el restaurante. En cuanto a Can Simoneta, voté en contra pero es cierto que era un despilfarro ir a veranear ahí. Creo que mi familia lo ha hecho muy bien. He de reconocer que me equivoqué.

Usted vive en el centro histórico, a dos pasos de la Catedral, ¿sobrelleva la turistificación?

Nunca pondría un letrero que dijera 'turistas, fuera', pero si en Mallorca no paramos, o no detenemos lo que está ocurriendo en Palma, se va a convertir en una ciudad extranjera. No va a quedar nada de nuestra identidad; por no olvidar el problema enorme de los residuos.

¿Cree que Palma está limpia?

Pienso que Neus Truyol lo está haciendo bien, aunque no estaría de más que los guardias fueran medio policías y medio educadores de calle. La gente es muy incivilizada.

¿Se siente cómoda con el actual alcalde, Antoni Noguera

No lo conozco, pero me pareció bien que colocase el retrato de Emili Darder y retirase el Cristo. Soy creyente, pero ¡hay cosas...! Mi trabajo siempre ha estado al margen de la Iglesia.

¿Se siente un rara avis?

Siempre lo he sido. Soy de izquierdas. Continuo votando, ejerzo mi derecho, eso sí, pero veo cosas en todos los políticos que no me gustan nada.

Trabajó en Son Gotleu, ¿en qué?

Era la época de Cuadernos para el Diálogo que me ilustraron en el trabajo social porque yo era una analfabeta, y España estaba muy verde en estos temas. En Son Gotleu, trabajé con un grupo de personas, mujeres sobre todo, dándoles charlas sobre la realidad y sobre lo que podían hacer para cambiarla. Esas mujeres de Son Gotleu cuando pensaban, me desbordaban. Aprendí mucho de ellas.

¿Ha vuelto?

Procuro no ir porque la responsabilidad ya no es mía. En mi tiempo conseguimos un local para dar charlas informativas.

Recientemente hubo un concierto a beneficio de su ong con el pan de leit motiv y la música. Ésta siempre está presente en sus actos. ¿Porqué?

Desde que conseguimos el apoyo de Carles Ponseti, ya no hemos parado. Y es muy hermoso.

¿Mallorca es solidaria?

No saben lo que es eso.

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