Al tiempo que aprenden a reciclar las basuras, los más de ochocientos escolares, de 2 a 12 años, de cinco colegios de Palma, depositan su carta en el saco custodiado por el paje de los Reyes Magos. El parque de las Casas de Son Ametller se ha convertido en una pequeña escuela donde los pequeños sueñan en una "ciudad más limpia", aunque esperan recibir la patrulla canina, las niñas, o el Jokay, los chicos.

Lo cuenta Rosa Planas, profesora de Primaria de Nuestra Señora de la Consolación, uno de los centros escolares que junto a la Escoleta Popeye, Pedro Poveda y los colegios públicos de Vivero y es Rafal Nou, han convertido el parque público del Vivero en un aula verde.

" Hace años que los niños entregan su carta al paje real; lo hacían en la iglesia; hoy aquí además van a aprender qué significan los colores de los contenedores y qué residuo debe ir en cada uno de ellos".

Para aprender civismo, la táctica del juego es clave. Hace años que el programa Emaya a la Escola está en funcionamiento, pero esta mañana son los educadores ambientales los responsables de una actividad que hoy les ha tocado a los pequeños pero que se dirige a todos.

"A medida que se van sustituyendo los viejos contenedores por los nuevos, vamos a los barrios y explicamos cómo reciclar", indica Sara Uño, coordinadora del equipo de Educación Ambiental de la empresa pública.

Rafel García, presidente de la asociación de vecinos Es Molí, Rafal es Vivero, junto a Aitor Ruano, del club de esplai Fent Camí y la comisión social del Rafal-Vivero han propiciado esta actividad a la vez que recuerdan al alcalde Antoni Noguera que "el 2018 se ha comprometido a reformar las Casas de Son Ametller para convertirlo en Casal de barri". El deseo vuela ya hacia Oriente.