Palma vierte al mar anualmente entre 2.100 y 3.500 toneladas de material contaminante debido a averías en las depuradoras, en las estaciones de impulsión o por la falta de capacidad de tratamiento cuando se producen lluvias de cierta importancia.

Esta situación comenzará a revertir dentro de tres años cuando entre en funcionamiento el nuevo colector de aguas pluviales y residuales, que conectará las Avenidas con la depuradora del Coll d'en Rabassa y la denominada "balsa de laminación" que se construirá junto a esta estación y permitirá reducir un tercio el vertido de contaminantes al mar.

El Consell de Govern de mañana aprobará la inversión de 26 millones procedente del canon de saneamiento que Emaya dedicará a la construcción de estas dos infraestructuras.

El alcalde de Palma, Antoni Noguera, el conseller de Medio Ambiente, Vicenç Vidal, y la presidenta de Emaya, Neus Truyol, no dudaron en calificar ayer este hecho como "histórico", puesto que la ciudad no recibía financiación del canon de saneamiento desde 2009.

Una vez aprobado el gasto, los técnicos de Emaya redactarán el proyecto y prepararán las bases para su licitación. Se prevé que las obras comiencen dentro del próximo año y que se prolonguen a lo largo de los dos próximos ejercicios. El nuevo colector, que costará 18,9 millones, tendrá una longitud de 3,2 kilómetros y dos metros de diámetro. Discurrirá por el subsuelo, entre otras, de la calle General Ricardo Ortega a una profundidad de ocho metros. La pendiente permitirá que el agua residual y pluvial que recoja llegue a la depuradora por gravedad, sin necesidad de bombeos.

La canalización permitirá también recoger aproximadamente el 80% del agua residual que ahora llega a la estación de bombeo de la Costa del Gas. Por su parte, el depósito de laminación tiene un presupuesto de 7,1 millones y tendrá una capacidad para 25.000 metros cúbicos de agua. Servirá para almacenar el agua de lluvia que llega a la depuradora durante los primeros 45 minutos de tormenta, que es la que lleva más sólidos y contaminantes.

Según la presidenta de Emaya, Neus Truyol, con estas dos infraestructuras se posibilitará que unas 500 toneladas anuales de contaminantes no lleguen al mar, lo que representa el 70% de los desperdicios que van a parar al agua desde esta vertiente de la bahía palmesana.

Esta inversión se contempla en el convenio entre Emaya y la conselleria de Medio Ambiente a principios de este año, que contempla la ejecución de proyectos por un importe de 35 millones a cuenta del canon de saneamiento. Se prevé que el Gobierno central construya en los próximos años una nueva depuradora que sustituya a la obsoleta del Coll d'en Rabassa por un importe de 80 millones.