Vecinos de la pista deportiva de Can Barópista deportiva de Can Baró, en el barrio de Son Armadans, han denunciado que el Ayuntamiento de Palma ha iniciado unas obras, supuestamente para minimizar los ruidos procedentes de estas instalaciones, sin dar ningún tipo de información. Además de la falta de comunicación tanto a los afectados como al juzgado de lo contencioso número 2 que ordenó el cese de la actividad en este lugar hace más de un año, los residentes en esta zona dudan de que la mampara instalada minimice el exceso de decibelios por ser muy baja.
Las obras comenzaron la pasada semana y ayer continuaron. Varios operarios de una empresa de acústica colocaban una pantalla contra el ruido. El problema es que "queda muy por debajo, tanto de nuestras ventanas, como de las de los restantes vecinos y fincas", comentó ayer uno de los denunciantes.
Los vecinos han comunicado por el cauce legal "la absoluta falta de información que hasta la fecha ha facilitado el Ayuntamiento a ese Juzgado, a pesar de los reiterados requerimientos que le han sido efectuados a los largo de los últimos seis meses". Los afectados por los ruidos que provenían de la pista, utilizada hasta su clausura por varios centros escolares y clubes deportivos, se quejan de que Cort no ha dado "la más mínima especificación sobre las medidas que pretende llevar a cabo y su entidad y sin aportar tampoco documentación alguna al respecto".
A instancias de los vecinos, se ha solicitado al jugado de lo contencioso número 2, el que decretó la clausura de las pistas, que requiera al Ayuntamiento para que "aporte toda la documentación relativa a las actuaciones ya realizadas en la pista deportiva Can Baró, así como de las que está llevando a cabo y de las que pretenda realizar en el futuro, como medidas correctoras tendentes a la insonorización y aislamiento acústico para evitar las inmisiones de ruido por encima de los límites legales, así como de las medidas de control y efectivo cerramiento perimetral de dicha instalación para impedir la entrada no autorizada de personas".
El IME cerró la pista de Can Baró hace poco más de un año tras la sentencia que ordenaba el cese de la actividad deportiva por los ruidos que producía. El mismo fallo obligaba a Cort "a acordar medidas de cesación de los ruidos y molestias" y adoptar medidas de insonorización "y aislamiento acústico que aseguren que el uso de la instalación no genere inmisión de ruido por encima de los límites legalmente establecidos".
