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Sa Torreta

Malos tiempos para Can Morell

El Solleric en 1983, antes de la reforma. Torrelló

Can Morell o el Casal Solleric es una de las más bellas casas de la nobleza mallorquina. Ubicada entre el Born, la calle de Sant Gaietà y la de Cifre fue estrenada en 1775. El primer dueño fue Miguel Vallés Orlandis, que había hecho fortuna dedicándose al comercio de aceite y al corsarismo, según Bartomeu Bestard. La familia estaba muy ligada a las possessions de Solleric y Almadrà, en Alaró, por lo que cuando Carlos III ennobleció el linaje le concedió los títulos de vizconde de Almadrà y marqués de Solleric.

También se la conoce por Can Morell, porque el heredero fue, muy a pesar del fundador, su sobrino Pedro Morell Vallés.

Los elementos más destacados de la casa son la logia que da al Born y el patio. La logia fue decorado con estuco por Antonio Soldati. El patio era utilizado por los palmesanos como atajo entre Sant Gaietà y el Born. La cosa se torció el día que el marqués se encontró con un cortejo fúnebre. Tapió una de las puertas y no volvió a abrirse hasta que el Ayuntamiento adquirió en 1975 la casa a Fausto Morell Rovira.

Antes de que el consistorio afrontará su restauración y su reconversión en sala de exposiciones de arte contemporáneo -con alguna recordad incursión de las cerámicas industriales de la casa Lladró-, había sufrido un acentuado proceso de degradación.

Lo demuestra la foto de Torrelló que acompaña este artículo. Es el Casal Solleric o Can Morell en su época de decadencia y antes de que el ayuntamiento inicie la recuperación. El deterioro de la fachada es evidente. Los arcos están apuntalados. El cartel que anuncia que nos encontramos ante un palacio y museo es engañoso: la nobleza jamás denominó palacio a sus casas. En Palma solo había dos: el de la Almudaina y el del obispo. La planta baja está ocupada por una tienda de recuerdos, una agencia de viajes y un banco.

La restauración fue ardua. Por el camino se perdió buena parte del mobiliario original. Solo la espectacular cama de l'Adrià se puede ver aún en la planta noble. Pese a todo, el Solleric es hoy un emblema del Born.

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