Como se sabe, la alegría del equipo de gobierno de Cort -en especial de la concejala de Turismo y Comercio, Joana Maria Adrover- con la adjudicación del Palacio de Congresos al grupo Meliá, lo que posibilitó su puesta en funcionamiento efectiva el pasado mes de abril después de años de interrogantes y zozobras, no era completa. El grupo Barceló, que fue propuesto por el anterior equipo de gobierno de Cort para hacerse con la adjudicación del complejo, había interpuesto un contencioso administrativo contra la no ratificación de la adjudicación. Este recurso judicial seguía vivo, por lo que pesaba como una amenaza sobre la decisión de dar la gestión del complejo en calidad de arrendatario a Meliá. La decisión del juzgado de lo contencioso administrativo número uno de Palma por la que se desestima el recurso presentado por Barceló, da un respiro al equipo de gobierno de Cort y al Govern (no hay que olvidar que la propiedad del Palacio de Congresos es a partes iguales entre estas dos administraciones). Y quien está especialmente satisfecha, al menos momentáneamente y a la espera de si se recurre o no la decisión, es Adrover, presidenta del consejo de administración de Palau de Congressos S. A., y quien ha llevado directamente todo el proceso desde su toma de posesión en 2015.
Más dinero a cuenta de la capitalidad
Y sin salir del Palacio de Congresos, si bien la infraestructura está pagada a falta de conocer el coste final no solo de la obra civil, que asciende a 107,5 millones, según el arquitecto Patxi Mangado, resta por poner blanco sobre negro para averiguar lo que ha costado a cada una de las administraciones que han participado en su construcción: el Govern y Cort. Por el momento, lo único que se sabe es que el complejo continúa sangrando los ingresos de Cort. La última decisión al respecto ha consistido en "compensar" 2,5 millones de la capitalidad a cuenta de las obras del Palacio.
Los arreglos de nunca acabar en la plaza de España
El pavimento de la plaza de España está en permanente arreglo. Ya se ha sustituido más de un tercio de las losas de pizarra originales por tacos de cemento y, cada vez que se acerca una fiesta como ahora, hay que proceder a cambiar más baldosas.
