El Ayuntamiento de Palma está inspeccionando por primera vez desde su puesta en funcionamiento el macrocomplejo deportivo del empresario Bartolomé Cursach.

La actuación municipal se produce como consecuencia de las investigaciones judiciales y se realiza con el conocimiento del juez y de la Policía Nacional.

Fuentes municipales han indicado que los celadores municipales de Urbanismo se han personado en las instalaciones deportivas con el fin de comprobar la situación de sus licencias. Requieren información y datos sobre las licencias de obra, de actividad y de apertura, entre otros documentos, con el fin de comprobar si se ajustan a la realidad.

La inspección se produce apenas un mes después de que este periódico desvelara que las investigaciones policiales han puesto de manifiesto la realización de importantes obras en el complejo que no estarían amparadas por la pertinente licencia muncipal.

Es más, con un permiso de obra menor, entre 2015 y 2016, se habrían realizado importantes obras de ampliación de las instalaciones de manera clandestina procediendo al vertido de los escombros generados por estos trabajos, también de manera absolutamente irregular, en el subsuelo de la finca de Son Cabrer adquirida por el magnate de la noche en 2003 por 13,5 millones con el fin de levantar un geriátrico junto a lo que sería después el hospital de Son Espases.