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Energía

Enchufados al coche

La implantación del vehículo eléctrico es aún tímida en Palma, pero desde la Administración y el sector privado se apuesta por él

Enchufados al coche

Hoy, a dos pasos de 2020 cuando Europa indica que en ese año se ha de reducir la emisión de los gases de efecto invernadero en un 20 por ciento, se ha de ahorrar un 20 por ciento en el consumo de energía gracias a una mayor eficiencia energética y se han de promover las energías renovables en un 20 por cien, la carrera por aliarnos al coche eléctrico no ha hecho más que empezar. En España, tímidamente. En Balears, mucho más, y eso que por sus características se revela como un escenario "idóneo", como indica Joan Groizard, director general de Energía, y uno de los primeros en enchufarse al coche 'verde'. Cuenta que estos días, desde la empresa Pascual, "se ha elegido Mallorca para hacer pruebas piloto de coches eléctricos para incorporarlos a su flota comercial. La isla es un territorio ideal para el coche eléctrico".

El runrún publicitario de un vehículo entre cuyas virtudes se cuenta el ser silencioso, de agradecer en ciudades ruido como Palma, no cesa. Pero sabemos ¿qué es, cómo hacernos con él, cómo será nuestra vida si nos enchufamos al coche?

Enchufados, sí, porque quien conduce un vehículo eléctrico no puede perder de vista que éste se alimenta con la electricidad que alcanza a través de un cable que une su coche con el punto de recarga de la batería. Ahí radica uno de sus puntos más vulnerables: la recarga de baterías, que haya puntos suficientes, que sean veloces y que la vida de éstas sea más larga.

La virtud del coche eléctrico es evidente al no alimentarse de combustibles fósiles, altamente contaminantes, pero también ahí está su punto flaco puesto que como apuntan algunos, la energía eléctrica no es limpia al usar carbón; solo lo será si se consigue electricidad de energías renovables; en Mallorca, la solar y la eólica.

Hay quien apuesta, como se destaca en el informe de Retlink, que "el futuro está en los coches compartidos", tipo Uber, pero no es tan sencillo, por el momento, cambiar el modelo.

De ahí que se busquen solucionar a corto y medio plazo para el problema de la contaminación por el uso del automóvil en el coche eléctrico. El Govern Balear anuncia una ley de Cambio Climático para el 2018 que va a obligar a que su flota de coches de alquiler sea eléctrica en 2030. Pero los actuales 300 puntos de recarga se revelan insuficientes. Anuncian un aumento de hasta 500 a cargo de los fondos de la ecotasa.

Otro de los escollos más grandes por el momento es el precio de estos vehículos. Según indica José Pérez-Trillo, de Nissan-Nigorra, "la inversión media rondaría en unos 28.000 euros, que incluye vehículo más la instalación eléctrica". Los números cantan, y si se mira la flota de coches en Palma, conforme al padrón del impuesto, de los 191.383 coches, tan solo hay registrados 22 turismos eléctricos.

Es más, desde Cort no disponen de un parque móvil 'verde', tan solo Emaya se ha puesto las pilas tanto en coches, camiones de recogida, tractores y furgonetas como en puntos de recarga para su flota. Están a la espera de ampliar sus unidades de energía eléctrica.

"Otro concepto"

Los que se mueven en coche eléctrico aseguran que "el ahorro a medio plazo se nota", dice Groyzard. Y desde las concesionarias se recuerda que las administraciones dan ayudas e incentivos. "El gobierno sacó el Plan Movalt en un día se acabó. Vendimos cinco coches de golpe", cuenta Pérez-Trillo. Esta semana ha anunciado un nuevo plan de ayuda, el ProMovea, al que destinarán 20 millones de euros a la compra de este tipo d vehículos y 30 millones a aumentar los puntos de recarga, el verdadero escollo que tiene esta forma de movilidad. Con todo, la ayuda en España en comparación con países como Noruega y Francia es exigua.

Quien tiene vivienda unifamiliar lo tiene fácil al poder cargar su coche en el garaje. "Son los que más han comprado un vehículo eléctrico", indican desde Nissan; sin embargo, la mayoría de persona viven en pisos. Con el cambio de la Ley de Propiedad Horizontal 2009, "no es necesario pedir permiso a la comunidad para instalar lo que se llama un wall-box", recuerda Maria Magdalena Frau, de Endesa. Los precios de estos puntos de recarga oscilan entre 700-1000 euros. De ahí que sea clave el apoyo público con puntos de recarga en la calle y aparcamientos. En Palma hay 40 gratuitos.

A los incentivos fiscales y económicos, que los hay, los que quieren conducir en verde, piden enchufarse con puntos de recarga con energías renovables. De lo contrario, puede que sea un cambio a medio gas. Y, por el momento, lleno de lagunas y a precio elevado.

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