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Arquitectura

El eco del premiado proyecto Life Reusing Posidonia del Ibavi alcanza Palma

La construcción de vivienda social en Formentera bajo premisas de menor huella ecológica se llevará a Son Gotleu el 2018

De izquierda a derecha: M.A. Garcías, directora gerente del IBAVI, X. Moyá, A. Martín, director técnico, A. Rubido, C. Oliver, coordinador del proyecto. B. R.

Carles Oliver no es arquitecto, no solamente. Desde su puesto en el IBAVI recogió el guante de la actual consellera de Economia Catalina Cladera cuando ella era gerente del Institut Balear de la Vivienda: "¿Cuál es el proyecto más ecológico que se puede hacer?" Junto a un equipo interdisciplinar se pusieron manos a la obra. O no. "No construiremos, lo que haremos será un proyecto de gobernanza ambiental". Es decir, "ofreceremos datos comparables para que las administraciones puedan dar contenido al Objetivo 20/20/20 de estrategia energética europea que establece que los edificios públicos sean de consumo 0 a partir del 2018".

El Life Reusing Posidonia es el proyecto laureado que con apoyo de Europa va a permitir que la construcción sea habitable, sin rastro de destrucción ecológica, al haber conseguido reducción en un 75 por ciento el consumo de energía, provocar un 63 por ciento menos de contaminación, un 50 por ciento menos en residuos y un 60 por ciento menos de consumo de agua.

Lo que en 2009 empezó siendo una propuesta es una realidad habitada. De las catorce viviendas, todas tienen inquilinos que pagan 300 euros al mes.

El eco ha alcanzado Palma. El IBAVI iniciará un proyecto similar en la calle Regal en el barrio de Son Gotleu, el primer trimestre de 2018. Se trata de cinco viviendas, con una superficie de 55 y 65 metros cuadrados, "con la intención de usar también la posidonia", indica Carles Oliver.

"Lo importante de este trabajo colectivo es abrir camino, no dejarlo en un experimento", subraya el arquitecto. El 24 de noviembre se presentará en el Casal Solleric la exposición itinerante que concluirá en París en 2018.

La Europa más consciente mira con buenos ojos y ha apoyado económicamente este proyecto de pequeña escala con 754.000 euros procedentes del programa LIFE+2012, para llevar a cabo la construcción y monitorización del proyecto de 14 viviendas.

A partir de un trabajo interdisciplinar se han llevado a cabo tecnologías, métodos e instrumentos innovadores en el ámbito de la conservación de la naturaleza, el cambio climático, la política medioambiental y la información y comunicación sobre cuestiones vitales.

La hipótesis de partida era que "si construimos con materiales de la arquitectura tradicional, podríamos reducir un 50 por cien la contaminación que genera un edificio. Se trata de reducir también el 6 por ciento en calefacción, el 5 por ciento que se genera por fabricar el hormigón y el 14 por cien del transporte mundial", detalla Oliver.

¿Para qué ir tan lejos, para qué servirnos de materiales que contaminan y no revierten en la mejora de las condiciones de vida, incluso todo lo contrario? Un dato: Formentera, con la mayor pradera de posidonia del mundo, iluminó a los autores del proyecto. Oliver repite la frase de su colega Elías Torres, "nuestro trabajo es detectar necesidades colectivas y convertirlas en nuestra obsesión particular".

"El proyecto además insiste en evitar que se sigan perdiendo sistemas de construcción más sostenibles, que además son viables; se apoya en el uso de materiales como la posidonia oceánica seca que es un aislante térmico y acústico", recuerda Oliver.

El Life Reusing Posidonia hace suyo el menos es más de Mies van der Rohe o, sobre todo, la austeridad a la hora de usar lo que tenemos a mano. "Lo más ecológico es no hacer, pero si se hace, que sea dejando un menor rastro ecológico", recuerda Carles Oliver.

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