Los vecinos de Portopí siguen denunciando el mal olor procedente de la planta de CLH sin que por el momento se haya solucionado el problema de las emisiones del fuel.

Tanto a nivel particular como las asociaciones vecinales han denunciado las emisiones de fuel de los depósitos de CLH a la conselleria de Industria, al Ayuntamiento, al 112, al 010, al Seprona y, ayer mismo, al juzgado de guardia, informó ayer uno de los perjudicados por este hedor.

El de ayer fue otro de los días en que los vecinos de las calles Can Morro, Garita y Vista Alegre tuvieron que cerrar ventanas por el olor que desprende el fuel que se trasvasa de los depósitos a los camiones, o del barco que lo transporta en las instalaciones de CLH. El pasado domingo vivieron la misma situación.

La empresa ha asegurado a los vecinos que estas emisiones no son contaminantes, pero quienes residen en Portopí no se conforman. "Tenemos que seguir, a pesar de que llegue el invierno y muchos días tengamos las ventanas cerradas y nos imaginemos que no hay olores ni emisiones; las hay, y estamos jugando no sólo con nuestro bienestar o confort en nuestras casas, sino con nuestra salud", publicaba una vecina en el Facebook de STOP Emisiones de fuel oil Portopí.

Ante las reiteradas quejas de los vecinos, CLH informó a la conselleria de Industria que se había visto obligada a aumentar el suministro de fuel para la central de es Murterar este verano ante la falta de carbón. La empresa se comprometió a tomar medidas para evitar estas emisiones, como evitar la carga y descarga de fuel en horas de más Embat, reducir la temperatura a la que se manipula el combustible y cargar los camiones de uno en uno.

Sin embargo, las quejas continúan y los vecinos también se han puesto en contacto con Greenpeace para lograr una solución. "Dada la total falta de sensibilidad del gobierno al respecto, centramos nuestros esfuerzos en la normativa europea actualmente en discusión, para asegurar que impida cualquier tipo de subvenciones a este tipo de centrales, que sin esas ayudas se verían abocadas al cierre por ser económicamente inviables", es la respuesta de los ecologistas.