Con grandes cestos de flores, con ramos engalanados, con macetas de crisantemos, incluso con un sencillo manojo de tres o cuatro claveles envueltos en papel de aluminio... Así peregrinaron ayer miles de ciudadanos hasta los cementerios de Palma para honrar la memoria de sus seres queridos ya fallecidos. Al camposanto de Palma acudieron unas 25.000 personas, según las estimaciones de la Funeraria, pero a diferencia de otros años, no hubo colapsos circulatorios ni aglomeraciones.

A media mañana, las hermanas María Dolores y Valentina Martínez Fernández, Lola y Tina, se entretenían desmontando un adorno floral en la tumba familiar. De muy buen humor y dando muestra de una envidiable forma física a sus más de 80 años, las dos dejaban a su gusto la sepultura, donde descansan siete familiares, entre padres, cuñados, un hermano, una sobrina y el marido de Lola. Un cuñado suyo fue enterrado esta misma semana. "Somos muy maniáticas y no nos gustan las coronas así que ponemos las flores en jarrones", explicaba Lola sobre el trajín que se llevaban las dos sacando flores de un sitio para ponerlas en otro... "Nosotras venimos mucho, cuando son los santos, los cumpleaños, las navidades y hoy, por supuesto. Hoy el cementerio es sagrado", comentaba la mayor.

En el camposanto de Palma, hasta 20 de los trabajadores del cementerio y otros 15 de empresas externas acudieron ayer para mantener en orden y ayudar a los ciudadanos. La jornada transcurrió sin incidentes, pese a que a medidad que avanzaba el día aumentaba el número de visitantes. No ocurrió lo mismo el pasado fin de semana, cuando muchos ciudadanos adelantaron la celebración de Tots Sants. El viernes, dos personas que habían ido por la tarde se quedaron encerradas dentro del recinto. El sábado y domingo se produjeron embotellamientos por la cantidad de vehículos que circulaban, comentó Jordi Vilà, gerente de la EFM. Ayer, por precaución, la circulación de coches se prohibió desde las nueve de la mañana y solo se permitió el acceso a los vehículos de minusválidos.

Por parte de la policía, y ante el temor de que se produjera un colapso circulatorio al disputarse un partido del Mallorca en Son Moix al mediodía, un dispositivo de 50 agentes, que se reforzó durante la entrada al campo de fútbol, controlaron los accesos al cementerio.

Sin embargo, este año hubo muchos más palmesanos que acudieron a pie al cementerio y aunque hubo más coches que en un día normal, la cantidad fue menor que otros años, destacaron fuentes policiales. Por ello, no hizo falta cortar más calles que el camino de Ca l'Ardiaca.

La música clásica que el músico Biel Font interpretó con su chelo contribuyó a crear una ambiente más emotivo. Durante toda la mañana, este músico profesional ofreció un repertorio de obras conocidas, principalmente de Bach.

Una de las novedades de este año fue el concierto del Cor de Dones de la UIB, tras el acto institucional al que asistieron casi todos los regidores del Ayuntamiento. El alcalde, Antoni Noguera, recordó a todos aquellos que "por vivir en democracia y expresar unas ideas fueron asesinados" y en especial a regidores que fueron ejecutados por ejercer su trabajo y a los funcionarios fallecidos en acto de servicio, como los bomberos Alejandro Ribas y Miquel Ballester.