Propietarios y camareros de los restaurantes del paseo y el Born del Molinar denuncian que los nuevos contenedores de vidrio provocan dos problemas básicos, la peligrosidad de tirar cristales rotos y la lentitud del sistema, ya que las botellas y botes se deben depositar de uno en uno, por lo que el tiempo utilizado para ello se multiplica enormemente.

Los cinco consultados explican que en sus negocios cuentan con unos contenedores de 57 kilos otorgados por Ecoembes donde caben alrededor de 50 botellas y que fueron diseñados para que pudiesen ser enganchados a los viejos depósitos públicos, por lo que los restauradores podían tirar todos los cristales al momento, incluyendo los muchos que se rompen cuando son depositados en el contenedor particular.

Otra queja es que los nuevos se llenan rápidamente, ya que son más pequeños que los antiguos, por lo que habitualmente tienen que volver a llevarse los cristales al restaurante. El Molinar cuenta con nuevos depósitos desde hace algo más de una semana y, desde el primer día, algunos negocios han protestado a Emaya por todos los inconvenientes detectados, según afirmaron ayer. La solución que les dio la empresa municipal es que adquieran un contenedor para su negocio, que podrán tener cerrado con un candado.

Otro problema en el Born del Molinar es que los contenedores están junto al carril con mayor tránsito de vehículos, por lo que cuando los camiones de reciclaje los vacían, paralizan el tráfico. Por ello, proponen situarlos justo en la acera de enfrente.