La zona afectada por el incendio que se produjo en pasado 6 de julio en Bellver se está recuperando poco a poco. Los técnicos de la empresa que se encarga del mantenimiento del bosque, Eulen, han desbrozado la maleza de la zona afectada y han utilizado los restos vegetales para esparcirlos sobre el suelo con el fin de crear una superficie de protección que evite en lo posible la erosión y el lavado de tierras cuando llueva. Igualmente, los troncos de los árboles afectados se están utilizando para realizar bancales de contenición de tierras con el mismo objetivo de parar la erosión.

El incendio afectó a casi una hectárea del bosque pese a que fue sofocado por las dotaciones de bomberos de Palma y del Ibanat en menos de una hora. La extrema sequedad y las altas temperaturas alcanzadas el pasado verano convirtieron en una bomba de relojería la principal zona boscosa pública de la ciudad.

Precisamente, el plan de gestión del bosque incluye la finalización del denominado camino perimetral con el fin de que los medios contraincendios puedan llegar sin problemas y con la máxima rapidez posible a los posibles focos. La proximidad de este camino a las viviendas que circundan la zona boscosa también actúa como una franja de seguridad contra el fuego.

Asimismo, el hecho de que se orienta a las personas que utilizan el bosque para el paseo o para actividades físicas a circular por este camino perimetral hace que se adentren en menor medida en el interior del bosque, provocando de esta forma una disminución de la erosión del suelo, que también es uno de los objetivos del Plan de Usos y Gestión del bosque, al igual que la lucha contra las plagas o el mantenimiento de la superficie arbolada.