La poda y otras intervenciones relacionadas con el cuidado del arbolado urbano han aumentado enormemente tras el verano. El área de Parques y Jardines de Cort ha actuado en unas 20 barriadas a lo largo de septiembre y durante esta primera semana de octubre. Además, los técnicos controlan de forma continua la evolución de los ejemplares en riesgo de caída para proceder a talarlos en caso de que haya un peligro real para las personas, como ha ocurrido varias veces en verano.
Los barrios que durante estos primeros días de mes han visto operarios subidos a un elevador cortando ramas de los árboles han sido Cala Major, Can Pastilla, Sant Nicolau, es Pil·larí, General Riera, el polígono de Son Castelló y el paseo Marítimo. En ellos se han podado palmeras datileras y canarias, tamariscos, jacarandas, olivos, olmos y tipuanas.
En las palmeras también se ha realizado un tratamiento contra el picudo rojo y en General Riera se ha llevado a cabo una poda de un chopo por motivos de seguridad. Asimismo, se han efectuado los llamados destoconados -extraer la raíz y lo que queda del tronco de árboles talados- en el Vivero, Son Cladera y la Indioteria, y se han eliminado hierbajos en Nou Llevant, Can Pastilla y les Meravelles, según informó la concejalía de Infraestructuras.
Dichas actuaciones han tenido lugar durante esta semana, pero septiembre también fue un mes muy activo en cuanto a podas, porque los operarios trabajaron en más de medio centenar de vías y plazas de barriadas como Son Armadans, Bons Aires, el Molinar, Ciutat Jardí, la Platja de Palma y Can Pastilla, entre otras.
Olmos revisados
Durante el verano, se revisaron los cerca de 3.000 olmos que hay en la ciudad debido a que se habían caído ramas, por lo que técnicos de Parques y Jardines decidieron encargar podas de reformación e incluso talas en los ejemplares que lo requerían. En general, es un arbolado muy envejecido, a lo que hay que añadir la escasez de lluvias de los últimos meses, que ha contribuido a la "sequedad y pérdida de flexibilidad de ramas y troncos. Por este motivo, está programada la sustitución de la especie a medio plazo", tal como señalaron desde el área.
El concejal, Rodrigo Romero, especificó que hay seis especies de árboles en la ciudad que son más sensibles al entorno urbano (olmos, palmeras, melias, pinos, ficus y bellasombras) y que han sufrido más roturas de ramas, por lo que son muy controladas por los técnicos basándose en el plan de gestión del arbolado que tiene Palma. Los alrededor de 56.000 ejemplares existentes cuentan con una especie de matrícula con el fin de registrar las actuaciones efectuadas y hacerles un seguimiento. "Tienen que convivir en la ciudad, que no es su entorno natural, sin apenas espacio, con plagas diferentes y dificultades de las raíces para encontrar agua, por lo que las podas y tratamientos son para intentar que se adapten lo mejor posible", en palabras del responsable político.
A ello se añaden los problemas habituales del verano, con falta de agua y tanto calor como el pasado julio y agosto, un hecho que hace más necesaria todavía la labor de poda ahora en marcha.
