Palma también tiene un problema con el llamado 'monstruo de las cloacas'. La cantidad de toallitas húmedas que se tiran por el váter también son un problema para la red de alcantarillado de la ciudad. De hecho, siete de cada diez obstrucciones se deben a estos desechos, según informó ayer la empresa Emaya. Al cabo del año, son 1.000 las toneladas de residuos que se tiran por el inodoro de forma incorrecta y acaban en la depuradora.

Los trabajadores de Emaya han extraído montañas de desechos de las tuberías de la ciudad y el problema va a más, según indica una portavoz de la empresa, quien además, incide en la necesidad de informar a la población sobre las costosas consecuencias de tirar por el váter este producto, tanto económica como medioambientalmente.

Bastoncillos, compresas...

"Se está detectando un incremento de problemas tanto en las conducciones sanitarias como en las estaciones depuradoras de aguas residuales, ocasionados por residuos sólidos no degradables que se arrojan al alcantarillado, siendo la principal causa las toallitas húmedas y bastoncitos higiénicos que se tiran por el inodoro", informa la misma fuente.

Compresas y tampones generan los mismos problemas, advierte la portavoz de Emaya. La cantidad de impropios que llegan a la depuradora se acercan al millar de toneladas cada año.

"El vertido domiciliario de estos residuos sólidos, que al tener gran superficie y capacidad de absorción, facilita que queden enganchadas en cualquier irregularidad del sistema, llega a las acometidas, aumentando de forma directa el riesgo de obstrucción y desbordamiento, con incrementos de costes que afectan a los ciudadanos", añade la fuente de Emaya. En ese sentido, la acumulación de toallitas repercute en el mantenimiento de las canalizaciones de las viviendas, como las generales del sistema de saneamiento urbano y de la depuradora. En este punto, Emaya informa que un 46% de las incidencias en los colectores generales de alcantarillado se debe a las toallitas higiénicas.