La espera media para ser incinerado en el cementerio de Palma es de tres días, aunque hay casos puntuales en que la demora puede ser mayor, de hasta cinco días, según confirmó ayer el gerente de la Empresa Funeraria Municipal (EFM), Jordi Vilà. Un repunte de las defunciones ha obligado a ampliar el horario de los hornos crematorios para realizar seis incineraciones por día en Son Valentí y dar salida a las peticiones.

El tiempo que normalmente se esperaba para poder incinerar a un difunto era de 24-48 horas, pero el aumento de la demanda de este servicio en Son Valentí ha alargado la espera a 72 horas de promedio.

Seis incineraciones al día

El cementerio de Palma cuenta con dos hornos crematorios que normalmente funcionan solo por la mañana, de lunes a viernes. Con este horario, su capacidad es de cuatro incineraciones al día. Este pasado mes, con el pico de óbitos, ese ritmo se ha aumentado, de forma aleatoria, hasta a seis cremaciones por día. En lo que va de año, Son Valentí trabaja por encima de su capacidad, en concreto al 104%, que se traduce en esa ampliación de horarios, confirmó Vilà. En cambio, en Bon Sosec, que dispone de un horno más moderno y de mayor capacidad, de lunes a domingo, el tiempo de espera es de dos días, con cuatro cremaciones diarias.

Incinerar un cadáver conlleva más papeleo que una inhumación. Se requiere una licencia que otorga la conselleria de Sanidad y que en fin de semana no se tramita, por lo que todo queda paralizado hasta el lunes siguiente, explica el responsable de la Funeraria. Esta circunstancia también se da en Semana Santa o Navidad, cuando hay varios festivos seguidos, añade Vilà. En otros casos, puntualiza el gerente de la Funeraria, la falta de autorización de un familiar de primer o segundo grado impide tramitar esta licencia en la Conselleria.

Vilà asegura que no tiene constancia de quejas por esperar varios días para incinerar a un familiar, pero también afirma que "hay que explicar muy bien" a los afectados a qué se debe esta demora fuera de lo normal. "Sí que es verdad que lo que para nosotros son dos días de espera, si un fin de semana cae en medio, para una familia, subjetivamente, son cuatro días desde la defunción", reconoce el gerente de la EFM.